Un proverbio japonés antiguo dice que “comenzamos a envejecer cuando dejamos de aprender”. Así como el ejercicio mantiene el cuerpo fuerte, la actividad mental también mantiene la mente aguda y ágil. No importa la edad que se tenga, siempre hay que tratar de seguir aprendiendo y desafiarse a uno mismo. La vejez no tiene que ser una carrera hacia abajo hacia la demencia.
Al mantener una mente activa, la visión de la vida puede ser más positiva y esto a su vez tiene un efecto positivo en la salud. Independientemente de la edad, un cerebro activo continúa produciendo nuevas dendritas. Las dendritas son partes de las neuronas que se encargan de las conexiones entre las células nerviosas que permiten la comunicación entre estas células. Esto, a su vez, ayuda a almacenar y recuperar información con mayor facilidad.