Valentín Fuster, director de la Asociación Americana del Corazón, comunicó recientemente los resultados de distintas investigaciones que establecen una relación directa entre el infarto y el riesgo de padecer algún tipo de demencia.
Según el experto en enfermedades cardiovasculares, problemas como el mal de Alzhéimer y la insuficiencia cardíaca casi siempre van de la mano. El descubrimiento hallado recientemente pone en evidencia la existencia de un elemento común a ambos problemas de salud: se trata de la falta de sangre en unos pequeños vasos situados en el cerebro. La razón común que explica la presencia concurrente de un infarto y de diferentes problemas como la demencia está en la enorme cantidad de diminutos vasos sanguíneos en el cerebro (hay grandes probabilidades de que estos se destruyan y lleven a sufrir un infarto y tener demencia).
Estos nuevos descubrimientos solo fueron posibles por el uso de nuevas técnicas de imagen en tiempo real, lo que permitió visualizar los vasos y canales cerebrales con un alto índice de precisión. Según el investigador de enfermedades cardiovasculares este hecho tiene una enorme importancia para la prevención de cualquiera de las dos enfermedades. Al tomar medidas preventivas contra una de las enfermedades, de hecho, se estará actuando en beneficio de la otra (se evitará la otra enfermedad).
Problemas cardiacos son mayores en mujeres
Sea descubierto que las mujeres tienen a tener mayores problemas cardiacos a los hombres, pues tienen mayor riesgo de morir 12 meses posteriores a su primer ataque al corazón, con esto queda muy claro que han una extraña brecha de géneros entre las mujeres y los hombres cuando de enfermedades hablamos.
El 40% de las mujeres estadounidenses no tienen la menor idea que las enfermedades cardiacas es la causa de más muerte de su género.
Una estadística rápida demuestra que una de cada 30 fallecimientos en mujeres fue por el cáncer de mama, según comentaron los de la Asociación Estadounidense del Corazón.
Vida sexual en la madurez
Vida sexual en la madurez: retos y desafíos
Es natural que todos los seres vivos cambien con el tiempo tanto en estructura como en su funcionamiento, pero esto no significa que la vida sexual termine, sólo que sí se sufren algunos cambios que es importante identificar.
Según el diccionario de Medicina, Medciclopedia, la edad adulta se divide en :
Edad intermedia : de los 40 a los 65 años
Edad adulta tardía, después de los 65 años de edad.
En el proceso de envejecer ocurren cambios progresivos en las células, en los tejidos y en el organismo en general.
¿Qué dicen los expertos?
Existe la creencia que, después de los 40 años, tanto el hombre como la mujer comienzan a sufrir cambios que no les permiten seguir disfrutando de su sexualidad. No obstante, el New England Journal of Medicine publicó una investigación que revela que el interés en el sexo decae cuando la gente tiene alrededor de 70 años, pero que la actividad sexual puede mantenerse hasta los 80.
Ejercicio en personas Mayores
Un estudio demuestra que los adultos mayores tienen que hacer más ejercicio para mantener el tamaño muscular.
Investigadores hallan que el entrenamiento de resistencia una vez a la semana mantiene la fuerza.
Según un estudio reciente, los adultos mayores tienen que hacer más ejercicio que los adultos jóvenes para mantener su tamaño muscular.
Los investigadores examinaron cuánto ejercicio era necesario para mantener o incrementar la masa, el tamaño y la fuerza muscular en adultos de 20, 35, 60 y 75 años.
En la primera fase de 16 semanas del estudio, todos los participantes hicieron tres series de ejercicios de entrenamiento de resistencia (ejercicio de prensa para piernas, extensiones de rodilla y sentadillas) tres veces por semana. En la segunda fase de 32 semanas, los participantes se dividieron en tres grupos: a algunos se les pidió que interrumpieran por completo el entrenamiento de resistencia, a otros se les dijo que redujeran el entrenamiento a un día a la semana, y al resto se le pidió que redujeran el entrenamiento a un día y a una serie de ejercicios de resistencia (en lugar de tres series) a la semana.
El Estreñimiento en la Tercera Edad
Lo cierto es que hay muy poca costumbre de acudir al geriatra, un especialista médico que atiende a las personas más longevas, como la doctora Maribel Lopera, que es geriatra de profesión. La mejor edad para visitar por primera vez a este especialista es cuando se producen los cambios hormonales propios de la menopausia y la andropausia, es decir, a mitad de la vida del individuo. De esta manera, se consigue llevar a cabo una acción preventiva que evite las enfermedades propias de la etapa siguiente: la tercera edad.
Aumento de la Longevidad
Llegar a los 100 años de vida está siendo algo bastante frecuente en nuestra sociedad y en la zona mediterránea. La doctora Lopera afirma, además, que es posible llegar a esa edad con una buena calidad de vida y una autonomía que permita a las personas hablar, vivir solas y ser felices. La genética es muy importante en este hecho, aunque también es cierto que cuanto más nos cuidemos en la juventud, en mejores condiciones alcanzaremos la vejez. De hecho, la genética es responsable de ello en un 30%, ya que el 70% restante depende de lo que se haga durante la vida y de cómo nos cuidemos.
Practicar la natación en la tercera edad beneficia la salud y el estado de ánimo
La natación es uno de los mejores deportes porque participan casi todos los grupos musculares del cuerpo
La natación es beneficiosa para el sistema cardiovascular y respiratorio y para la fuerza y la resistencia muscular, incrementa la flexibilidad de las articulaciones, tonifica el cuerpo, lo relaja y ayuda a perder peso. Por ello, es recomendable para las personas mayores aunque, antes de comenzar a practicarla, se recomienda consultar con el médico y someterse a un reconocimiento para que el nadador calibre hasta dónde puede llegar en su esfuerzo.
Los antidepresivos, ineficaces en enfermos de alzhéimer
Un experimento cuestiona el uso de antidepresivos en este tipo de pacientes.
Teniendo en cuenta los efectos adversos, los científicos no ven base para recetar antidepresivos a pacientes con demencia.
Seguir siete pautas de vida saludable podría evitar hasta tres millones de casos de alzhéimer en todo el mundo.
El Mal de Alzheimer es una de las más crueles enfermedades que sufre el ser humano. Irreversible y de difícil tratamiento, ante el alzhéimer ni siquiera valen los antidepresivos para mejorar la calidad de vida del paciente.
Investigadores del King's College de Londres aseguran que en los pacientes con demencia, los antidepresivos clásicos no sirve de mucho y no son mejores que un placebo para aliviar los síntomas de depresión. De hecho, según el doctor Sube Barnerjee, tras tomar antidepresivos muchos de los enfermos se sienten mal.
Vitaminas en la tercera edad
La tercera edad es uno de los momentos más delicados en la vida de una persona. Las carencias nutricionales más importantes, por lo general, tienen lugar en este período crítico.
Si bien el consumo de vitaminas — incorporado en diferentes alimentos en el marco de un plan de nutrición saludable — siempre es importante, es necesario resaltar el lugar que ocupa esto en la vejez.
Un consumo vitamínico completo es el mejor antídoto contra enfermedades, problemas de memoria, articulaciones y dolores de todo tipo.
Entre las vitaminas liposolubles más importantes para la tercera edad contamos la vitamina A, la D y la E. La primera de todas es esencial para la regeneración de tejidos de todo el cuerpo y para mejorar el estado general de la osamenta.
También tiene importantes funciones para el sistema nervioso y la visión de una persona.
La vitamina D, por otra parte, es uno de los factores que posibilitan la absorción de calcio y fósforo (fortalece dientes y huesos).
Para sintetizarlo lo más adecuado es exponerse al sol. La vitamina E, presente en el aceite de oliva, los cereales integrales y los frutos secos, es un poderoso antioxidante que desacelera el envejecimiento y mejora la estabilidad y el funcionamiento celular.
Ejercicio físico para la tercera edad
Los ejercicios en esta fase de la vida ayudan a mantener la capacidad funcional y a reducir factores de riesgo de la salud. Tome nota de los aportes a la calidad de vida que genera la práctica de ejercicios en la tercera edad.
El ejerciciofísico mejora la calidad de vida
Los beneficios del ejercicio en la tercera edad mejoran la calidad de vida, porque entre otros beneficios, incluye mejoras en capacidades físicas tan importantes como la fuerza. Otra capacidad que se mantiene es la flexibilidad, cuando avanzamos en edad las fibras musculares se vuelven rígidas y el ejercicio ayuda a retrasar este proceso, esto se traduce en que la persona pueda agacharse sin problemas cuando algo se le cae o alcanzar un objeto que está en parte superior de la despensa. Seguramente has notado que cuando se llega a la tercera edad se suelen tener las piernas y brazos más delgados, ello se debe a que las fibras musculares se hacen más delgadas, se va perdiendo masa muscular y la única forma de detener este proceso es con ejercicio.
El ejercicio físico mejora la capacidad cardiovascular
El ejercicio mejora la capacidad cardiovascular, es decir su corazón se hace más eficiente bombeando sangre oxigenada a los músculos del cuerpo que lo necesitan para ejecutar una acción determinada, esto se traduce a que puedan subir las escaleras cansándose menos cuando se dañe el ascensor.
Problemas cardiacos son mayores en mujeres
Sea descubierto que las mujeres tienen a tener mayores problemas cardiacos a los hombres, pues tienen mayor riesgo de morir 12 meses posteriores a su primer ataque al corazón, con esto queda muy claro que han una extraña brecha de géneros entre las mujeres y los hombres cuando de enfermedades hablamos.
El 40% de las mujeres estadounidenses no tienen la menor idea que las enfermedades cardiacas es la causa de más muerte de su género.
Una estadística rápida demuestra que una de cada 30 fallecimientos en mujeres fue por el cáncer de mama, según comentaron los de la Asociación Estadounidense del Corazón.
Disfrutar del tiempo libre
Uno de los factores clave para disfrutar de una adecuada calidad de vida es el ser capaz de utilizar el tiempo libre de una forma agradable y gratificante.
“Quien no tuviere que hacer, arme navío o empiece a leer”
Uno de los factores clave para disfrutar de una adecuada calidad de vida es el ser capaz de utilizar el tiempo libre de una forma agradable y gratificante.
Estamos en un momento de la vida en que probablemente dispongamos de mayor cantidad de tiempo libre. Ser capaces de darle un buen uso será de una gran importancia para no caer en el sedentarismo y el abatimiento.
Las posibilidades de ocupar nuestro tiempo son infinitas, pero queremos resaltar algunas a modo de sugerencias:
Hatha Yoga para eliminar el vértigo en adultos mayores
El hatha yoga, así como el resto de las variantes de esta milenaria y polifuncional práctica, se centra en el conocimiento de nuestro cuerpo para allí poder explotarlo y utilizarlo para cumplir con las rutinas de ejercicios propuestos por el yoga.
En algunas personas el yoga, además de ser recreativo y un canal de bienestar físico-emocional, puede resultar una herramienta útil para solucionar problemas concretos. En el caso de los adultos mayores esta regla se cumple, esta vez concretamente con el vértigo.
Así lo prueba un estudio llevado a cabo en la Universidad de Indiana, el cual ha trabajado con ancianas y ancianos a quienes se los introdujo en un programa de yoga para solucionar sus problemas de vértigo, los cuales ya habían hecho caer a los participantes en algún momento anterior al inicio de la práctica de yoga.
Cómo vivir más años
¡Qué rápido pasa el tiempo! Una frase que jamás dejaremos de escuchar porque es totalmente cierta. Parece que fue ayer que éramos niños jugando con nuestros juguetes y ahora somos adultos cubiertos de responsabilidades.
No se puede volver el tiempo atrás, pero sí podemos vivir más y mejor si llevamos una vida saludable desde todo punto de vista. ¿Te gustaría saber cómo vivir más años? ¿Deseas ver crecer a tus nietos y disfrutar de una vejez plena? ¡Empieza a cuidarte ya mismo! Te enseñamos varios consejos para que vivas más y, sobre todo, mejor, que es lo más importante.
Mantén un peso saludable. Ni muy delgado, ni obeso. Si tienes un peso saludable, evitarás ataques cardíacos, problemas cardiovasculares, diabetes, cáncer y otras enfermedades que pueden acortar tu vida.
Sigue una alimentación sana. Consume muchas frutas, vegetales, granos enteros, proteínas magras y reduce tu consumo de sal, azúcar y grasas. Una buena alimentación es fundamental para obtener todos los nutrientes que necesitamos para una mejor salud y calidad de vida.
No fumes. ¿Hace falta aclarar por qué? El cigarrillo es riesgo de enfermedades cardíacas y pulmonares, también facilita la aparición de arrugas y acelera el envejecimiento.
Haz ejercicio. El ejercicio físico es esencial para una buena salud y calidad de vida. Las personas que hacen ejercicio a diario se sienten y se mantienen más jóvenes.
Envejece con plenitud con los mejores alimentos
Los últimos años llevan consigo progresos que día a día alargan la esperanza de vida un poco más. Pero la cuestión no reside en vivir más años, sino en vivirlos mejor. Si deseas saber qué tipo de alimentos te pueden venir mejor a partir de una cierta edad para disfrutar al máximo en esta etapa madura de la vida, sigue leyendo…
Agua
En realidad es buena al envejecer y en cualquier otra etapa de la vida, pero la incluimos aquí porque a medida que nos volvemos mayores disminuye la sensación de sed, por lo que el organismo tiende a deshidratarse. La medida ideal serían siete vasos por día.
Perdiendo la Memoria al Envejecer
¿Cómo almacena el cerebro la información?
La información se almacena en diferentes partes de su memoria. La información almacenada en la memoria de plazo corto puede incluir el nombre de una persona que usted conoció hace unos momentos. La información almacenada en la memoria reciente puede incluir lo que usted comió en el desayuno.
La información almacenada en la memoria remota incluye cosas que usted almacenó en su memoria muchos años atrás, como las memorias de su niñez.
¿Cómo cambia el cerebro a medida que uno envejece?
Principiando cuando usted tenía veinte años, empezó a perder unos cuantas células a la vez en el cerebro. Su cuerpo también empezó a producir menos químicos que las células del cerebro necesitan para funcionar. Cuanto más envejece, más afectan su memoria estos cambios.
El envejecimiento puede afectar la memoria cambiando la forma en que usted almacena información y dificultando al recordar la información almacenada.
Su memoria de plazo corto y memorias remotas no son frecuentemente afectadas por la vejez. Pero su memoria reciente puede ser afectada. Usted puede olvidar nombres de personas que ha conocido recientemente. Éstos son cambios normales.
Nueces para reducir el riesgo de Alzheimer
Científicos del Instituto para la Investigación Básica en Discapacidades del Desarrollo de Nueva York (Estados Unidos) sugieren que el extracto de nueces puede ofrecer un efecto protector contra el estrés oxidativo y la muerte celular causada por la proteína beta amiloide el componente principal de los depósitos amiloideos y placas seniles de las personas con Alzheimer.
Así se desprende de los resultados de un estudio que publica en su último número la revista “Neurochemical Research”, cuyos investigadores apuntan que supone un "prometedor avance" en la lucha contra las enfermedades neurodegenerativas, "sobre todo en lo que se refiere al consumo de determinados alimentos que ayudan a mantener o mejorar la salud cognitiva".
Según explica la doctora Abha Chauhan, autora de la investigación, las nueces son un alimento completo rico en nutrientes que no sólo proporcionan antioxidantes, sino también ácido alfa-linolénico (ALA), los ácidos grasos Omega-3 de origen vegetal, que "ofrecen propiedades anti-inflamatorias y protegen las células cerebrales del daño oxidativo".
Hidratación de los mayores, mucho más que calmar la sed
Los mayores deben consumir líquidos de forma regular e incluir la mayor diversidad de bebidas para llegar a los niveles de ingesta necesarios
La hidratación es para las personas mayores un hábito fundamental en su alimentación, ya que de la ingesta de líquidos depende en gran medida su estado de salud, y más en verano, cuando la pérdida de agua se incrementa y la sensación de sed se retrasa al alertar del peligro. El Observatorio de Hidratación y Salud (OHS), organismo científico y divulgativo cuyo fin es mejorar las costumbres de hidratación de los ciudadanos, advierte de que en verano se registra un significativo aumento de ingresos hospitalarios por la pérdida de agua corporal. Su informe, elaborado con datos del verano pasado, deja claro que "la población no está concienciada de la importancia de hidratarse de manera adecuada y las malas consecuencias se producen sobre todo los meses de calor"
La deshidratación es una de las causas más frecuentes de hospitalización de personas mayores de 65 años, e incluso, de muerte. En verano de 2003, cuando la canícula de agosto elevó 11ºC durante 10 días seguidos la temperatura media, 6.500 personas más murieron ese mes en España respecto a la media de años anteriores. En Francia, se contabilizaron 15.000 fallecimientos de ancianos directamente relacionados con el calor.
El agua, un nutriente básico
El agua constituye más de la mitad del peso corporal del ser humano. Aunque a menudo se excluye de las listas de nutrientes, es un componente esencial para el mantenimiento de la vida, que debe aportar la dieta en cantidad suficiente. No hay otra sustancia como el agua, involucrada de forma tan amplia en funciones tan diversas.
Como recuerda el Observatorio de Hidratación y Salud (OHS), todas las reacciones químicas del organismo tienen lugar en un medio acuoso, de ahí que el agua contribuya al buen funcionamiento de todas las células del organismo, sirva como transportador de nutrientes y sustancias orgánicas en el sistema circulatorio y sea vehículo para excretar productos de desecho y eliminar toxinas (a través del sistema cardiovascular, el sistema renal y el hepático). Además, lubrifica y proporciona soporte estructural a tejidos y articulaciones y previene el estreñimiento.
Recuperar el hábito de beber más agua
El miedo a la incontinencia urinaria, la disminución de la sensación de sed o la pereza de alternar agua con otros líquidos favorecen que las personas mayores no atiendan como deberían el hábito de beber litro y medio de agua, o la suma con otros líquidos, al día. Sin embargo, es clave. Si bien los riñones de una persona de 70 años filtran y eliminan la mitad de desechos que los de un treintañero, los mayores pierden mucha más agua a través de la orina que los jóvenes.
El ser humano carece de un mecanismo de almacenamiento de agua, por lo que es preciso reponer las pérdidas que el desarrollo vital determina de manera constante a través de la dieta. De este modo, las cantidades de agua perdidas en forma de sudor, orina o heces deben reponerse de manera regular mediante líquidos, incluidas otras bebidas y agua contenida en los alimentos sólidos.
Se estima que la cantidad necesaria para una persona adulta oscila entre dos y tres litros, en función de factores individuales. El hecho de carecer de un buen balance entre las pérdidas de líquido y la reposición de las mismas, puede favorecer la deshidratación.
La deshidratación se identifica con signos evidentes, como una piel desestructurada, la concentración de la orina o confusión mental. Se deben prevenir las consecuencias de la deshidratación. Lo más eficaz es estimular una mayor ingesta de líquidos en forma de agua, té, refrescos, zumos de fruta, infusiones o sopas. Debido al deterioro en la sensación de sed, las personas de edad avanzada deben atender a un consumo de líquidos constante y regular, que incluya la mayor diversidad de bebidas posible para que llegar a los niveles de ingesta de líquido necesarios sea un objetivo más factible.
Una nevera bien hidratada
La leche desnatada y semidesnatada, zumos, melón, lechuga, tomate, espárragos, sandía, pimientos, berenjena, calabacín y cebolla. En general, la mayoría de frutas y hortalizas no pueden faltar en una despensa eficaz. Contienen entre el 90% y el 99% de agua. Algo menos, pero también muy ricas en líquidos, son las judías verdes, zanahorias, piña, cerezas, uvas, naranjas y el yogur. A continuación, si se hiciera una clasificación de más a menos, llegarían los plátanos, las patatas, el maíz, el queso fresco, pescados, pollo y carnes magras.
El pan blanco, pan integral, pan de molde, quesos curados y embutidos apenas tienen un 35% de agua, algo más que la miel, higos, pasas y mermelada. El arroz, la pasta y las legumbres, aunque son alimentos secos, requieren agua para su cocinado, por lo que también hidratan.
TRUCOS PARA QUE LOS MAYORES SE HIDRATEN
Sobre la base de la ingesta de agua total, se concluye que sería adecuado consumir unos dos litros al día de líquidos, que además de agua incluyen otras bebidas sanas, como zumos, infusiones, sopas o leche. Sin temor a resultar incisivos, hay que convertir el beber agua en un hábito, aunque no se tenga sed. Para ello, lo mejor es marcar una botella de agua con capacidad de un litro o litro y medio, y colocarla en un lugar visible y fresco. El objetivo es que se acabe al terminar el día y se rellene al comenzarlo.
Después de rellenar la jarra, hay que empezar la mañana con zumo y con fruta, que garantizan una ingesta segura de líquidos, junto con el tazón de leche con café o té. También la hora de la merienda es un momento aliado para la hidratación. En forma de fruta, infusión, granizado o zumo. Los expertos señalan que es mejor optar por un tamaño grande en la vajilla y desechar las copas pequeñas, ya que estas dificultan alcanzar las cantidades de líquidos deseados. Acostumbrarse a tomar pequeños sorbos del mismo vaso, siempre el mismo, ayuda a afianzar el hábito.
Es conveniente incluir en la dieta zumos, caldos, preparados licuados de verduras y frutas, granizados, helados o gelatinas. Algunas recetas fáciles y refrescantes son los zumos de frutas, gazpachos, consomés, sopas y caldos.
Fuente: consumer.
Rutina de caminar a paso ligero agudiza la memoria en la Vejez
Rutina de caminar a paso ligero agudiza la memoria en la Vejez
Los ancianos que toman rutinariamente caminatas pueden aumentar su capacidad cerebral para la función de mejorar la memoria. Los resultados de un nuevo estudio han demostrado que las personas mayores que caminaban rápidamente por lo menos tres veces a la semana no sólo se consigue mejores resultados en pruebas de memoria, también aumentó el tamaño de su hipocampo, un área del cerebro asociada con la memoria. El estudio fue publicado en línea recientemente en el Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias .
Los resultados sugieren que con un simple ejercicio moderado , la pérdida de volumen cerebral en el envejecimiento se puede retrasar y posiblemente incluso invertirse. Debido a la contracción del cerebro está relacionada con trastornos de la memoria en los ancianos, el ejercicio podría desempeñar un papel en la prevención de la demencia. Según el autor principal del estudio Kirk Erickson, profesor asistente de psicología en la Universidad de Pittsburgh, “Es posible que el ejercicio podría ayudar a prevenir no sólo mental, sino también la demencia.”
El peso en la tercera edad
Tanto la pérdida como la ganancia de peso se asocian con un aumento de la tasa de mortalidad, frente a conservar un estatus ponderal adecuado
Entre las personas de edad avanzada, la variación del peso es más frecuente que en otras etapas de la vida. Además, estas oscilaciones se relacionan tanto con la ganancia de kilos, como con la pérdida. Según los datos de la última Encuesta Europea de Salud de 2009, se constata que solo entre las personas de más de 75 años se registra un descenso significativo de las cifras concernientes al sobrepeso y obesidad. Al mismo tiempo, aunque menos frecuente, sucede lo contrario: se aumenta de peso y se engorda. Un reciente estudio realizado entre la población anciana europea ha constatado que el mantenimiento de un peso estable en la tercera edad se relaciona con una menor tasa de mortalidad, mientras que tanto la pérdida como la ganancia se asocian con un aumento de la misma.
Situación actual y causas
Las encuestas sobre el estado de salud de la población adulta española muestran un aumento paulatino del porcentaje de sobrepeso y obesidad a medida que aumenta la edad. Ésta es una constante hasta que se considera a las personas de 65 o más años. De esta forma, el grupo de edad de 65 a 74 años alcanza los porcentajes más altos en cuanto a estas variables: el 47,62% padece sobrepeso y el 25,72% obesidad. A partir de los 75 años esta tendencia cambia de sentido y decrece, es decir, aumenta el porcentaje de ancianos con un peso insuficiente. Se pone de manifiesto la ausencia de una correcta alimentación, una característica frecuente en las personas de edad avanzada.
Una de las claves de esta pérdida de peso es la malnutrición, pero influyen otros múltiples factores fisiológicos (mayor número de dolencias o enfermedades, medicación múltiple, pérdida del gusto por los alimentos, disfagia, etc) y sociales (aislamiento, internamiento en residencias), etc. Estos y otros aspectos, en suma, suponen un riesgo mayor de desarrollar un estado depresivo, poco recomendable, ya que se pierde la motivación para seguir una pauta de alimentación adecuada.
El riesgo de perder peso en el anciano
Factores de riesgo
Las caídas en las personas ancianas tienen un origen multifactorial. A mayor número de factores de riesgo, mayor probabilidad de caídas, pero la relación no es aditiva, sino multiplicativa; es decir, cada causa o factor de riesgo potencia el efecto de las otras.
Por esto es importante valorar de forma integral y adecuada a la persona anciana y su entorno, para poder considerar correctamente el riesgo de caída del mayor y poder ofrecerle soluciones y recomendaciones individualizadas.
Para simplificar se dividen las causas de las caídas en intrínsecas y extrínsecas al individuo, o las que son propias de la persona y las que pertenecen a su entorno.
Las causas intrínsecas son
Alteraciones fisiológicas relacionadas con la edad:
Alteraciones ocularesdisminución de la agudeza visual
disminución de la capacidad de acomodación
presbiopía (problemas para la visión cercana)
disminución de la tolerancia a la luz brillante (deslumbramiento)
percepción anómala de la profundidad (problemas con las escaleras, por ejemplo...)