Vida sexual en la madurez: retos y desafíos
Es natural que todos los seres vivos cambien con el tiempo tanto en estructura como en su funcionamiento, pero esto no significa que la vida sexual termine, sólo que sí se sufren algunos cambios que es importante identificar.
Según el diccionario de Medicina, Medciclopedia, la edad adulta se divide en :
Edad intermedia : de los 40 a los 65 años
Edad adulta tardía, después de los 65 años de edad.
En el proceso de envejecer ocurren cambios progresivos en las células, en los tejidos y en el organismo en general.
¿Qué dicen los expertos?
Existe la creencia que, después de los 40 años, tanto el hombre como la mujer comienzan a sufrir cambios que no les permiten seguir disfrutando de su sexualidad. No obstante, el New England Journal of Medicine publicó una investigación que revela que el interés en el sexo decae cuando la gente tiene alrededor de 70 años, pero que la actividad sexual puede mantenerse hasta los 80.
Los cambios corporales incluyen aspectos tanto físicos como psicológicos que se deben afrontar. Según la investigación realizada por los científicos Orihuela, Gómez & Fumero, en el 2001; los imaginarios sobre la vida sexual en la madurez dependen del género, es decir que los estereotipos del hombre son diferentes a los de la mujer.
La investigación reflejó que el 53% de los hombres opinan que no importa la edad para ejercer su sexualidad, mientras que la mayoría de las mujeres consideran que es propia de la juventud. Según el estudio, los varones conservan el interés por la vida sexual en 52% y sólo 24% de las mujeres dijeron estar interesadas en ello.
Algunos consejos prácticos
Los retos más grandes consisten en asumir los siguientes cambios: el deterioro progresivo de las propias funciones físicas, el declinar progresivo de las facultades y de las funciones mentales, la transformación del medio familiar y de la vida profesional.
Estos retos presentan a su vez desafíos que se ven estrechamente ligados con el entendimiento, no sólo de los cambios corporales y psicológicos, sino con el conocimiento de cómo ayudar al cuerpo a sentir placer. Para esto es necesario tener en cuenta que entre los problemas más comunes se encuentran:
a) En el caso de los hombres, la disfunción eréctil. Para este inconveniente existen medicamentos que pueden ayudar a potencializar la actividad sexual. Es recomendable consultar al médico para que éste pueda recomendar el que más se ajuste a las condiciones físicas y clínicas de cada persona.
b) En las mujeres es común la falta de deseo, la resequedad vaginal y la incapacidad de tener un orgasmo. Existen medicamentos que estimulan el deseo sexual y algunos lubricantes vaginales que son también aconsejados para tratar la resequedad, estimulando a su vez el placer.
Es importante documentarse y conocer los diferentes métodos para alcanzar placer sexual. Tener la mente abierta a nuevas experiencias, como por ejemplo el sexo oral, que puede convertirse en una alternativa. También es recomendable hablar de sexo con su médico y no volver el tema un tabú, ya que al igual que las otras necesidades humanas, el sexo es de vital importancia para la vida.
Lo cierto es que la sexualidad se puede vivir con la misma intensidad a los 20 que a los 50, con la misma pareja de toda la vida o con un nuevo amor. El reto y el desafío más grande de la vida sexual en la madurez es saber reconocer que sí se puede vivir de formas placenteras y acordes al estado físico de cada ser humano.
Fuente: mujerysalud.com
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