La llegada de la tercera edad trae consigo cambios que afectan a hombres y mujeres quienes a las arrugas y los olvidos, deben sumar la adaptación de su organismo a una nueva manera de metabolizar los alimentos, sumado a dietas que integren productos que contemplen mayor cantidad de compuestos como el calcio, el fierro y la vitamina D.
Llegar a la vejez no significa el término de un proceso, pero sí es de suma importancia considerar los cambios que van sucediendo a nivel físico y mental en las personas, para luego establecer un equilibrio nutricional que les permita tener un buen estilo de vida durante los llamados “años dorados”.
Al respecto, el nutricionista del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, Julio César Pinochet Rojas, afirma que la nutrición en el adulto mayor se basará en los cambios fisiológicos que ocurren en las personas, los que generalmente suceden a partir de los sesenta años.
En relación a estos cambios, el profesional dice que por lo general se trata de “la disminución en el metabolismo, en la cantidad de hormonas que producen y en la cantidad de células que se regeneran” y agrega que estas características “provocarán que algunos órganos disminuyan su función”, como en el caso de la pérdida de la audición y la visión.