Dieta mediterránea para llegar a los 80 años

domingo, 14 de mayo de 2017 · Posted in

Un equipo de investigadoras sanitarias de la UVA determina en un estudio que la alimentación sana y el ejercicio diario son los pilares para una «óptima» calidad de vida en los octogenarios sorianos

ás vida a los años es uno de los objetivos de los servicios sanitarios cuando diseñan programas dirigidos a la vejez. Sobre todo en los últimos años, tras el aumento de la esperanza de vida de la población y que sigue en aumento. Un equipo de investigadoras de la Facultad de Enfermería de Soria, de la Universidad de Valladolid, estudia el estado de salud, la nutrición, las enfermedades y la calidad de vida de los sorianos mayores de 80 años, con el objetivo de elaborar un estudio empírico que sirva de base para programas de salud dirigidos a población longeva. «La esperanza de vida entre los ancianos aumenta cada cinco años», explica la coordinadora del proyecto, Ana Fernández, quien recuerda que el envejecimiento requiere cada vez de mayor dotación de recursos socio-sanitarios, «pero sabemos que el deterioro que se sufre por la edad se puede posponer con la implantación de determinados hábitos de vida», explica la investigadora.

Estos buenos hábitos son los que buscan este grupo de investigadoras entre los mayores sorianos.
Para ello, un equipo sanitario, formado por enfermeras, fisioterapeutas y bioquímicas, ha seleccionado una muestra de un centenar de ancianos, con edades comprendidas entre los 80 y los 90 años, entre los que excluyeron a mayores con demencias o inmovilizados. De todos ellos se recogieron datos sobre las enfermedades que padecen, sus hábitos de nutrición, las capacidades físicas y de movilidad con las que cuentan, sus actividades de ocio, la percepción que tienen de su salud y todo ello se completará con un estudio genético. Se decidió realizarlo en la provincia de Soria, al ser uno de los territorios con una de las tasas más elevadas de envejecimiento en Europa.

El grupo de investigación ha extraído las primeras conclusiones de los datos que les han permitido aseverar que el consumo de una dieta mediterránea junto a la actividad física son dos pilares fundamentales entre los hábitos de los octogenarios sorianos que disfrutan de una buena calidad de vida. El estudio ha hecho especial hincapié en la alimentación y en la actividad física. En lo que se refiere a la nutrición de los ancianos se entró al detalle para saber si eran consumidores habituales concretamente de la dieta mediterránea, es decir si comen frutas, verduras, aceite de oliva, legumbres y frutos secos a diario y se comprobó que seis de cada diez ancianos la siguen, mientras que otro 20% ingiere alimentos muy saludables. Se apreció que se trataba fundamentalmente de individuos que residían en sus casas, bien solos o en familia. En lo que se refiere al ejercicio, se tomaron datos de las actividades diarias y habituales que realizan y se observó que solo un tercio es sedentario. La mayoría, más del 60% realizan actividades diarias relacionadas con el ejercicio físico, o bien con hobbies, como cultivar una huerta, o incluso la asistencia habitual a juegos de cartas o similares.

Las investigadoras han relacionado estos dos patrones presentes en una buena parte de los octogenarios con su calidad de vida, un concepto amplio que no solo incluye el estado de salud del sujeto, sino en el que tiene en cuenta la percepción subjetiva de su bienestar mental, físico y cotidiano. Para medir estos parámetros emplearon el test Eurocol Q5, con el que preguntaron a los estudiados sus problemas o dificultades a la hora de caminar y para cumplir con tareas como el aseo personal, las actividades de la vida diaria que realizan, si tienen dolores y si se sienten tristes. El resultado del cuestionario «nos ha confirmado que aquellos que siguen una dieta mediterránea, acompañada de actividad física coinciden con los que mejor calidad de vida disfrutan». Más de la mitad, el 61% de los ancianos sorianos que han formado parte del estudio «disfrutan de un nivel óptimo en su calidad de vida», puntualizó Fernández.

Falta incorporar en el estudio los patrones genéticos de los longevos sorianos para determinar si aquellos que realizan más actividad física lo hacen porque está relacionada con su carga genética o incluso con los antecedentes de haber realizado ejercicio físico a lo largo de su vida.

A medida que el equipo sanitario ha radiografiado a los ancianos se ha sorprendido de algunos datos que muestran un buen grado de bienestar de los sorianos. Ana Fernández destacó que el 8% de los octogenarios no tenía ninguna dolencia ni tomaba ninguna medicación por enfermedades crónicas y solo un tercio eran enfermos graves y con varias patologías. «Unas cifras muy buenas si tenemos en cuenta que estamos hablando de mayores de 80 años».

Asimismo los resultados sobre su grado de dependencia han resultado satisfactorios, porque el 75% son independientes o poseen un grado de dependencia leve. Ana Fernández relaciona estos resultados con la mejoría de la situación socioeconómica de los ancianos, «los que tienen ahora 80 años nada tienen que ver con los que los tenían hace 20 años y poseen mejores condiciones socioeconómicas debidas también a una mayor cualificación», significa Ana Fernández.

La toma de datos de ancianos se realizó con una muestra lo más representativa posible, en la que han participado el mismo número de mujeres que hombres, así como también han estado muy equilibrados los representantes que viven en sus domicilios y los que lo hacen en residencias de ancianos.

El estudio se ampliará a otros 200 ancianos más en Soria para continuar con la recogida de datos. Entre los objetivos de la investigación, que se enmarca en un convenio que firmó la UVa con la Gerencia de Salud de Soria, se encuentra poder compararlo con otros similares que se realicen en territorios con tasas de envejecimiento elevadas y similares a las sorianas. Entre los territorios elegidos se encuentra Coimbra (Portugal).


Via diariodesoria.es

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