Un estudio llevado a cabo en EEUU pone en entredicho que el sexo sea bueno para todos. Los hombres mayores que practican sexo de forma frecuente y disfrutan con él incrementan el riesgo de sufrir dolencias cardiovasculares.
En el caso de las mujeres, por el contrario, mantener relaciones sexuales en edad avanzada beneficia su salud, ya que reduce el riesgo de sufrir hipertensión.
Tener una vida sexualmente activa no es beneficioso para todos. Un estudio financiado por el Gobierno de Estados Unidos y publicado en la revista científica Journal of Health and Social Behavior ha derribado de un plumazo uno de los grandes mitos sobre el sexo. De hecho, según los resultados del mismo, practicarlo con frecuencia en la tercera edad y disfrutar del mismo aumenta considerablemente en los hombres la posibilidad de sufrir ataques de corazón u otras dolencias cardiovasculares.
Todo lo contrario que en el caso de las mujeres, para las que disfrutar de las relaciones sexuales en edad avanzada tiene consecuencias favorables a nivel de salud en la disminución del riesgo de sufrir hipertensión. Estas conclusiones fueron obtenidas por los investigadores tras analizar los datos de una encuesta, realizada en dos tandas, en la que participaron más de 2.200 personas que en la fecha de la primera oleada del estudio, realizada en los años 2005 y 2006, tenían edades comprendidas entre los 57 y los 85 años. La segunda oleada, que sirvió de comparativa, se llevó a cabo un lustro más tarde.
Durante el estudio, los científicos midieron el riesgo cardiovascular de los participantes en el mismo según distintas variables como la hipertensión, la frecuencia cardíaca, el aumento de la proteína reactiva o incidentes cardiovasculares como el ictus, la insuficiencia cardíaca o el infarto. En virtud de los mismos y pasados los cinco años entre ambas oleadas, los datos de la investigación demostraron que los hombres que tenían relaciones sexuales frecuentes (una o más a la semana) tenían dos veces más probabilidades de sufrir un problema cardiovascular que aquellos que se manifestaban inactivos. El incremento del riesgo también era evidente en aquellos que reconocían disfrutar en mayor medida del sexo con su pareja.
Los investigadores consideran que el incremento de riesgos cardiovasculares en los hombres tiene su causa en la edad, ya que con el paso de los años éstos tienen más dificultades para alcanzar el orgasmo y más problemas relacionados con su sexualidad, lo que les hace someterse a un mayor grado de esfuerzo y de agotamiento para alcanzar el clímax, algo que acaba repercutiendo directamente en su sistema cardiovascular.
Por el contrario, en los resultados del estudio no se encuentran evidencias de que una mala salud cardiovascular previa interfiera en la sexualidad ni de hombres ni de mujeres en edad avanzada.
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