Descubren una pieza clave en el origen del Alzheimer

martes, 7 de febrero de 2017 · Posted in

 Científicos argentinos del CONICET, liderados por Tomás Falzone, en colaboración con colegas checos y británicos, descubrieron que en el Alzheimer se presenta un desbalance en una proteína llamada Tau, lo cual afecta de manera “significativa” el transporte de proteínas, originando los síntomas que caracterizan a esta enfermedad padecida por millones de personas en el mundo entero.

El descubrimiento indica que alteraciones en las proporciones relativas de sus dos versiones (3R y 4R) están relacionadas con algunas enfermedades neurodenegerativas como el Alzheimer, el Parkinson o la demencia fronto-temporal.

Esta proteína (Tau) cumple el importantísimo rol de actuar como “pegamento” entre los microtúbulos, estructuras dentro de la neurona (axón) por donde se realiza el transporte de moléculas desde y hacia el cuerpo de la neurona.


Sin embargo, por mutaciones genéticas Tau sufre una alteración y contiene más aminoácidos fosforados que lo normal afectando su función biológica normal, se altera el transporte a lo largo de los microtúbulos y la célula nerviosa muere, produciéndose progresivamente ciertas enfermedades como el Alzheimer.

El estudio de investigación también demostró que se pueden encontrar anomalías 25 años antes de que se produzcan los síntomas de dicha enfermedad, permitiendo crear métodos de diagnósticos menos invasivos y detectar con mayor rapidez la proteína Tau anómala.

“Si se puede regular la síntesis de la proteína para que se mantenga la proporción 50-50 (de 3R y 4R), se puede pensar en una plétora de patologías que podrían corregirse”, agregó el científico argentino.

“Durante la investigación encontramos mecanismos afectados por el desbalance entre las formas de Tau, que pueden explicar por qué frente a ciertas mutaciones genéticas se desencadena el proceso neurodegenerativo. Este conocimiento, producto de la investigación básica, podría contribuir a desarrollar una terapéutica a futuro”, añade Elena Avale, investigadora adjunta del Consejo en el Instituto de Investigaciones en Ingeniería Genética y Biología Molecular “Dr. Héctor N. Torres” (INGEBI) y también coordinadora del trabajo.

El trabajo fue publicado en el Journal of Neuroscience.


El Alzheimer

El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa e irreversible, caracterizada por la pérdida de la memoria y las actividades del pensamiento causadas por la destrucción progresiva de las neuronas cerebrales.

Esto se produce, según numerosas investigaciones, por la acumulación en el cerebro de ovillos neurofibrilares de proteína Tau y de placas de proteína amiloide, que son altamente tóxicos para las neuronas, de allí la aparición en la primera fase de la enfermedad, la pérdida de la memoria y de la deficiente orientación espacial.

Las personas afectadas generalmente son mayores de 60 años.

En Estados Unidos los científicos determinaron que aproximadamente 5.1 millones de estadounidenses lo padecen.

Esta enfermedad fue descubierta en 1906 por el Dr. Alois Alzheimer, de origen alemán, quien notó cambios en los tejidos del cerebro de una paciente que había muerto de una enfermedad mental muy rara, los síntomas que presentó fue: perdida de la memoria, problemas con el lenguaje y un comportamiento impredecible, cuando la mujer murió examinó el cerebro y encontró unas masas anormales (placas amiloideas), bultos retorcidos de fibras (ovillos o nudos neurofibrilares) y como tercera característica encontrada fue una falta de conexión entre las neuronas y el cerebro.

Uno de los síntomas que aparece tempranamente es la pérdida de la memoria, a medida que la enfermedad va avanzando esta pérdida de la memoria leve va aumentando, se van disminuyendo las capacidades, por ejemplo: repetir las preguntas, dificultad para manejar el dinero, juicio deficiente, pequeños cambios en su estado de ánimo y en su personalidad. En esta etapa generalmente se hace el diagnóstico.

En su etapa más avanzada no reconoce a familiares o amigos, y al final no pueden conducirse por sí solos y necesitan a otros para su cuidado.

Las personas que se dedican al cuidado de estos enfermos han encontrado que pertenecer a un grupo de apoyo les ha ayudado mucho pues pueden expresar sus preocupaciones, pedir consejos, compartir experiencias y recibir apoyo emocional. Actualmente existen muchas organizaciones que patrocinan estas enfermedades en cada país.

Via lagranepoca.com

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