Está claro, ¿quién va a querer más a nuestro niño? Los abuelos pueden ser los mejores cuidadores de sus nietos, siempre que seamos capaces de establecer unos límites por las dos partes.
La situación económica, los horarios laborales poco compatibles con la conciliación y el concepto de familia que tenemos en España son algunos de los factores que explican que en nuestro país uno de cada cuatro abuelos cuide de sus nietos, y no en situaciones puntuales: les dedican una media de siete horas diarias, dos más que la media europea, según datos de la Encuesta de Salud, Envejecimiento y Jubilación de Europa (Share) (http://www.share.cemfi.es/). Son los abuelos canguro, que pasan la mayor parte de su jornada con los niños.
Tenemos que tener cuidado con las consecuencias que esta carga tiene para los mayores de la familia: el cuidado de los nietos puede generar sensación de sobrecarga y estrés en los abuelos, que a la larga pueden convertirse en ansiedad o depresión. Los abuelos necesitan tener tiempo para sus propias actividades, para cuidarse y para descansar, y a veces les cargamos con responsabilidades que claramente exceden sus competencias, aunque las asuman de mil amores.
Además, si difiere el estilo de crianza entre padres y abuelos (y no es infrecuente), se producen conflictos y malentendidos que repercuten emocionalmente en todos los miembros de la familia y producen un gran desgaste psicológico.
Si, de todas formas, vuestra opción número uno para el cuidado de vuestro hijo siguen siendo los abuelos, estas reflexiones pueden ser útiles para establecer las reglas del juego:
- Buscad unos horarios razonables, en los que no solo se tengan en cuenta las necesidades de los padres del niño, también las de los abuelos. Quizás no puedes permitirte una cuidadora todos los días, pero sí un día a la semana, o recurrir de vez en cuando a otro familiar o a otros amigos, o intercambiar una tarde de cuidados con otras madres para que los abuelos dispongan de más tiempo libre. Dad a los abuelos la oportunidad de decir “no” a lo que realmente no quieren hacer.
- Pensad las tareas que va a hacer la abuela o el abuelo mientras está con los nietos. Una cosa es cuidar del peque, pero, ¿de verdad tiene que dejarte hecha la cena, si tú llegas a las 7 a casa? Y lo mismo sucede con la plancha, la compra, la limpieza… Todas esas tareas, que se empiezan haciendo de buena fe, pueden convertirse en una carga muy pesada.
- Facilitad las cosas. Si te gusta que tu hijo se vista con vaqueros y camisetas y no con ranitas y peleles, deja preparada la ropa de calle. Si tu concepto de “ración” para la comida es menos abundante que el de tu madre, guarda un tupper con la cantidad que consideras apropiada en el frigorífico.
- Escuchad al abuelo. Si está cansado, si el médico le ha dicho que camine todos los días pero está cuidando a los niños en las horas de paseo, si se queja de que el niño no le hace caso o de cualquier otra cosa, tendréis que ir cambiando las rutinas para que la situación sea más llevadera para todos.
- Sed flexibles. Los abuelos lo hacen lo mejor que pueden, con todo el amor del mundo, y estás delegando en ellos el cuidado y la crianza de los niños durante horas. No puedes pretender que lo hagan todo como lo harías tú. Elige las batallas que quieres librar y valora en qué puedes ceder.
- Demostrad a vuestros padres que son importantes para la familia por ser ellos, no por asumir el cuidado de los nietos. Tenles en cuenta también para las celebraciones, para pasar un domingo en el campo, para los buenos momentos.
Via letsfamily.es