La migraña es una de las causas principales de la cefalea o el dolor de cabeza, y la Organización Mundial de la Salud (OMS) sitúa esta dolencia en el puesto número 20 de enfermedades “altamente discapacitantes”.
En España más de tres millones de personas sufren este tipo de dolencia y las mujeres son más propensas a sufrir este tipo de dolor de cabeza en comparación con los hombres; en concreto las padecen entre un 15-20% de mujeres frente a un 5% de hombres.
¿Qué son las migrañas y cómo afectan a la salud de los mayores?
Según la Asociación Española de Pacientes con Cefalea (Aepac), la migraña es un tipo de dolor de cabeza que se caracteriza principalmente por el dolor intenso y pulsátil que padecen los pacientes y por los síntomas secundarios que sufren (vómitos, fotofobia o náuseas, por ejemplo). Además, la duración puede ser variable: desde pocas horas hasta durar entre dos y tres días.
La migraña puede afectar al desarrollo del día a día de las personas mayores en el trabajo, en sus actividades sociales y en su vida familiar debido al intenso dolor, a la luz y al ruido. Además, y una de las principales consecuencias es que puede provocar una fuerte depresión en los mayores de sesenta años.
¿Cuáles son las principales causas de la migraña en personas mayores?
Entre los principales episodios que pueden desencadenar una migraña están el estrés debido a las preocupaciones o problemas que estén afrontando los mayores; la meteorología; debido a estímulos sensoriales como la luz intensa o el ruido. Asimismo, el tipo de alimentos que se consuma influye en la salud de las personas mayores y fomenta la aparición de la cefalea.
¿Qué pueden hacer las personas mayores para reducir su impacto?
1. Consultar con el médico qué tratamiento seguir porque cada paciente y su sintomatología son diferentes.
2. Llevar un control semanal de los días en los que se ha padecido el dolor de cabeza, el tiempo de su duración, los síntomas registrados, la medicación tomada y la actividad que se estaba realizando en el momento previo.
3. Es conveniente que se aplique sobre la zona afectada un paño de agua fría, relajarse, y descansar en una habitación sin ruido y sin luz.
4. Practicar hábitos de vida saludables que disminuyan las posibilidades de sufrir cefalea.Por ejemplo, juegan un papel fundamental la práctica de ejercicio físico, la alimentación que se consuma, etc.
5. En el caso de que el dolor fuera prolongado y muy intenso y fuera diferente al que por lo general suele padecerse, lo conveniente es que se acuda al médico para que éste pueda determinar si puede haber algún otro motivo que provoque dichos síntomas.
Via mas60.es
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