El Día Internacional de las Personas Mayores 2016, que se celebra este sábado, 1 de octubre, está dedicado a concienciar contra la discriminación de las personas mayores, llamando la atención sobre los estereotipos negativos y las ideas falsas acerca del envejecimiento y desafiando esos estereotipos e ideas.
La discriminación por envejecimiento y, en ocasiones, el abandono y maltrato de las personas mayores es una actitud frecuente y perjudicial que se basa en el supuesto de que es una norma social y, por tanto, aceptable. Esta marginación es una realidad en la mayor parte de las sociedades, de una forma u otra, y se materializa en las actitudes de los individuos, las prácticas institucionales y normativas, y la representación mediática. Todas ellas devalúan y excluyen a las personas mayores.
En 2014, los Gobiernos adoptaron una resolución en el Consejo Económico y Social que reconoció que la marginación por envejecimiento es “la razón común, la justificación y la fuerza motriz de la discriminación de las personas de edad”. Tales formas de discriminación, de cómo las personas mayores son tratadas y percibidas por sus sociedades, incluso en los ambientes médicos y centros de trabajo, crean entornos que limitan su potencial y afectan a su salud y bienestar.
El fracaso para hacer frente a esta discriminación socava los derechos de las personas mayores y dificulta su contribución a la vida social, económica, cultural y política.
En la actualidad, casi 700 millones de personas son mayores de 60 años y, para 2050, serán 2.000 millones; esto es, más del 20 % de la población mundial. El mayor y más rápido aumento del número de personas mayores se producirá en el mundo en desarrollo, pues Asia es la región con un mayor número de personas mayores y África se enfrenta, en proporción, al mayor crecimiento demográfico.
Con esto en mente, está claro que es necesario prestar mayor atención a las necesidades particulares de las personas mayores y los problemas a que se enfrentan muchas de ellas. No obstante, es igualmente importante la contribución esencial que la mayoría de los hombres y las mujeres de edad pueden seguir haciendo al funcionamiento de la sociedad si se cuenta con las garantías adecuadas.
Via sendasenior.com
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