Un nuevo estudio sobre el alzheimer pone de manifiesto la importancia del ejercicio físico para frenar su avance
Científicos estadounidenses de la Universidad de Kansas realizaron un nuevo estudio sobre el Alzheimer y la incidencia del ejercicio físico en él. Al no existir hoy en día una cura definitiva para esta enfermedad, las investigaciones en torno a tratamientos paralelos cada vez son más frecuentes.
El nuevo estudio indica que además de los beneficios cardiovasculares que conlleva ejercitarse, las personas que padecen Alzheimer en su estadio primario podrían reducir su atrofia cerebral al realizar actividades físicas. En el mundo 36 millones de personas sufren de Alzheimer, y en España la cifra de afectados es de 800.000.
El alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa, que altera la capacidad cognitiva del cerebro en conjunto con la conductual y funcional. Tal es así que quienes la padecen dependen de cuidados las 24hs. del día. La edad es un factor fundamental en la enfermedad, aunque no es exclusiva de ancianos. Para el estudio utilizaron a 121 personas mayores, de las cuales 57 padecían Alzheimer. A través de una cinta andadora comprobaron su función cardiovascular y su función cerebral fue medida a través de tomografías. Los adultos que no realizaban actividad física y se encontraban en los primeros estadios del Alzheimer mostraban un deterioro cerebral cuatro veces mayor que los adultos enfermos que se encontraban en forma.
La revista Mayo Clinic Proceedings publicó recientemente otro estudio donde también analizaron la incidencia del ejercicio físico y las enfermedades mentales. A través de 24.000 personas de entre 70 y 80 años, investigaron el riesgo de padecer Alzheimer y la relación con el ejercicio físico. Según su análisis, quienes habían realizado actividad física los cinco años previos, desarrollaron la enfermedad un 40% menos que quienes no habían hecho ningún ejercicio. La recomendación de la Organización Mundial de la Salud de realizar al menos 150 minutos a la semana actividad física, refuerzan estas investigaciones.
Además de sus beneficios para la circulación y para el sistema respiratorio, el ejercicio físico regula el sistema nervioso. En las enfermedades mentales, genera una mejora funcional y estructural de algunas de las regiones cerebrales. Estudios demuestran cómo el ejercicio puede modular el tejido cerebral, incrementando las células nerviosas en zonas críticas como el hipocampo (una de las más afectadas por el Alzheimer) o incluso aumentando la densidad de las neurotransmisiones. Por si fuera poco, el ejercicio mejora la circulación de la sangre en el cerebro favoreciendo las conexiones neuronales.
Via noticias.universia.es
Con la tecnología de Blogger.