Intervención del psicólogo con personas mayores

jueves, 7 de abril de 2016 · Posted in

Actualmente existe gran interés por el fenómeno del envejecimiento de la población. Durante las últimas décadas se han producido grandes cambios demográficos debidos a una conjunción de factores, entre los que destacan el avance de la medicina, la mejora de las condiciones de vida y un mayor nivel educativo de la población.

En la actualidad, el envejecimiento se considera una parte del ciclo vital, caracterizada por una heterogeneidad fisiológica. Carece de los marcadores específicos de otras etapas de la vida, como la pubertad o la menarquia.

La vivencia de la vejez va a estar claramente determinada por las circunstancias en que esta se desarrolle, es decir, por el estado biológico y psicológico del individuo, su situación económica y social, su biografía y su propia escala de valores.

La Geriatría y la Gerontología son las dos disciplinas científicas que se ocupan del estudio del envejecimiento tanto normal como patológico. La Geriatríase trata de una especialidad dentro de la Medicina, que tiene sus orígenes en Estados Unidos durante la primera década del siglo XX. Aunque en un principio el término se ocupaba de los cambios estructurales, funcionales y patológicos asociados a la vejez, hacía poco hincapié en los tratamientos y omitía un aspecto tan importante como es el de la rehabilitación.

El verdadero desarrollo de la Geriatría no comienza hasta veinte años después de su surgimiento. Actualmente, estudia los aspectos clínicos, preventivos y terapéuticos del anciano sano y enfermo y también se ocupa de la rehabilitación funcional del mayor. Las necesidades de un paciente crónicamente enfermo no se satisfacen con la atención de una unidad de agudos sino que requieren una valoración geriátrica integral (VGI) que defina cuál es el nivel de asistencia adecuado para cada paciente según su grado de dependencia.

En España el término Geriatría se reconoció oficialmente en 1978, año en el que empezaron a formarse médicos internos residentes (MIR) en esta especialidad. Por otro lado, el termino Gerontología deriva del griego “gerontos”: viejo; y “logos”: tratado y fue introducido en 1903 por el premio Nobel de Medicina Metschnikoff.

Es una disciplina aún más joven que la geriatría, surgiendo en EEUU en la segunda mitad del s.XX. Se trata de un saber multidisciplinar integrado por distintas especialidades que se complementan, pudiendo agruparse todas ellas en:

- Ciencias médicas y biológicas: Medicina, Enfermería, Biología. – Psicología: Psicología Cognitiva, Psicología evolutiva y Psicología Social.

- Ciencias sociales: Economía, Antropología, Derecho, Animación sociocultural, Trabajo Social, Terapia Ocupacional. Los principales objetivos gerontológicos, van vinculados al esfuerzo para prolongar la vida de los seres humanos y mejorar de forma importante, su calidad de vida. La intervención del psicólogo La intervención de un psicólogo con los mayores, debe contemplar tres áreas básicas: la persona mayor dependiente, la familia cuidadora y el propio centro.
Intervención centrada en la persona mayor dependiente

La intervención no farmacológica del psicólogo tendría su origen en el concepto de neuroplasticidad. Se trata de alcanzar el máximo grado de funcionamiento del paciente, en varias áreas que conlleven el bienestar físico, psicológico, funcional y social del sujeto. Los diferentes tipos de tratamiento serían:

Rehabilitación cognitiva

Engloba todas las actividades dirigidas a mejorar el funcionamiento cognitivo en general, por medio de programas de estimulación como:

- Terapia de orientación a la realidad: Presentación de información sobre la orientación y la memoria, relacionada con el tiempo, espacio y la propia persona. Su objetivo, es evitar la desorientación y alentar la unión con la familia y su comunidad.

- Terapia de la reminiscencia: Estimula la memoria autobiográfica del paciente demente recurriendo a fotografías, libros, música, archivos grabados, artículos antiguos, etc. y su objetivo, es conservar la identidad del sujeto.

- Estimulación psicomotora: Se realiza a través del movimiento consciente: ejercicios de lateralidad, coordinación motora gruesa y fina, memorización de ritmos, danzas, reconocimiento objetos, etc. Su objetivo es que el sujeto experimente positivamente su propio cuerpo y ejercite las habilidades motoras básicas.

- Musicoterapia: Se trata de usar la música con fines terapéuticos, pudiendo proponerse actividades como: técnicas de relajación o actividades acompañadas de música, danza, cantar, etc. Su objetivo, es potenciar las capacidades auditivas, rítmicas y de coordinación del anciano. Además, recientes estudios avalan el hecho de que la musicoterapia puede llegar a reducir trastornos conductuales.

- Programa de psicoestimulación integral: Se trata de la suma de la rehabilitación cognitiva, más el entrenamiento en las actividades de la vida diaria, y el objetivo es ralentizar el proceso involutivo de la persona.

Cuando hablamos de actividades de la vida diaria (AVD), incluimos:

- Las básicas (ABVD), que son tareas propias del autocuidado: vestirse, deambular, bañarse, asearse, controlar esfínteres, comer sin ayuda, etc.

- Las instrumentales (AIVD), que implican la capacidad del individuo para poder llevar una vida independiente en la comunidad: realizar tareas del hogar, compras, manejar la medicación, manejar asuntos económicos, teléfono, utilizar el transporte público, etc.

- Las avanzadas (AAVD): tareas más complejas que el sujeto lleva a cabo como parte de su esparcimiento y realización personal: aficiones, actividades sociales, deportes, etc.

Programas de estimulación Física: Se ha demostrado que practicar deporte a partir de los 65 años, mejora la calidad de vida de los mayores, contribuye a retrasar sus deficiencias motrices, y refuerza su capacidad funcional.

Además, el hecho de que a menudo se realice en grupo y fuera de casa hace que a los beneficios físicos se le unan los psicológicos. Antes de programar actividades físicas para los mayores, un aspecto importante a considerar es que debemos ser realistas respecto a las posibilidades y nunca forzar al mayor a hacer actividades por encima de su capacidad.

Es conveniente que un fisioterapeuta o médico rehabilitador supervise nuestra tabla con el objetivo de prevenir lesiones. No hay que olvidar que la actuación del psicólogo se engloba dentro de una intervención interdisciplinar donde todos los profesionales deben complementarse.

El tipo de actividades que podríamos llevar a cabo serían:

- Ejercicio físico (tablas de gerontogimnasia, aparatos de gimnasia para mayores en los parques, aquarobic, pilates, yoga,…).

- Actividades ocupacionales (manualidades, cocina, hobbies,…)

Programas de Apertura e inserción comunitaria

Se trata de impulsar la apertura e integración comunitaria mediante la coordinación con los recursos sociales, prestando apoyo a la persona mayor y a su familia. Cobran especial interés las modalidades asistenciales de mantenimiento en el medio habitual del sujeto para no desvincularle de su entorno familiar y social más inmediato. La institucionalización del sujeto sería el último recurso a considerar.

El tipo de actividades que se pueden promover son:

- Gestionar y/o asesorar a la familia, sobre los recursos sociales existentes.

- Actividades recreativas (ir de compras, restaurante, excursión,…) con familia y/o amigos, tanto si el sujeto vive en su domicilio, como si vive en un centro.

- Promover y organizar la colaboración de voluntariado social en el centro.
Intervención centrada en la familia cuidadora

A medida que el mayor va perdiendo su autonomía, la familia cuidadora debe atender a las actividades básicas e instrumentales de la vida diaria del anciano a la vez que convive con sus problemas de conducta y comunicación. Todo ello requiere un alto grado de exigencia y asistencia que trae consigo una disminución de recursos económicos asociados a los gastos indirectos de este cuidado junto con un malestar físico y psicológico en el cuidador, provocado por la disminución de sus horas de ocio, su aislamiento social y la pérdida de independencia, paralizándose en muchas ocasiones su proyecto vital durante varios años.

Por todo esto, el psicólogo debe programar actividades donde las familias reciban toda la información necesaria acerca de cómo cuidar y cómo cuidarse, para prevenir el síndrome de Burnout. Las actividades que podríamos programar, serían del tipo:

    Jornadas informativas acerca de las patologías de sus familiares donde se les explique todas las fases a las que se enfrentarán y se les enseñe las pautas de actuación adecuadas para facilitarles la adaptación a su nueva situación.
    Grupos de autoayuda, donde las distintas familias puedan desahogarse y combatir su soledad, fomentando sus relaciones sociales mermadas por las exigencias de su labor asistencial.
    Actividades que fomenten las relaciones intergeneracionales entre hijospadres y/o nietos-abuelos para que la unión familiar continúe sólida.
    Fomentar los sistemas de participación, mediante estrategias como: formación de grupos de trabajo o reflexión, buzón de sugerencias, participación de la familia y el usuario en el diseño del plan individual de intervención,…

Asistencia psicológica. Intervención centrada en el propio centro

Se trata de modificar el entorno físico como apoyo y el objetivo es mantener las medidas de convivencia y seguridad, tanto si la intervención es en un centro como si es en el domicilio del sujeto.

Pautas a seguir:

    Proporcionar a los mayores, rutas de deambulación seguras, donde minimicemos al máximo, el riesgo de caídas.
    Procurar, que el mobiliario de las distintas estancias, esté dispuesto de manera segura y lograr un ambiente acogedor y que a la vez, preserve la intimidad del mayor.
    Si trabajamos con un paciente demenciado, es conveniente colocar pictogramas identificativos en la puerta de cada estancia, para combatir su desorientación y mantener su autonomía, el máximo tiempo posible.

No hay que olvidarse de los cuidadores formales, dado que su trabajo, puede ser física y emocionalmente agotador, lo que se conoce como síndrome del cuidador.

Estos trabajadores se enfrentan frecuentemente a situaciones de vida y muerte y pueden acabar sufriendo el Síndrome del Burnout y otros problemas de salud (dolores de espalda a causa de las movilizaciones de los pacientes) y psicológicos (ansiedad, depresión). Tratar a los trabajadores es muy importante, ya que, no solo se ve afectada la moral y el bienestar psicológico del personal, sino también, la calidad del tratamiento que se proporciona a los pacientes.
Actividades para promover el bienestar psicológico de los mayores

    Talleres de autocontrol y relajación
    Fomentar las habilidades de afrontamiento al estrés
    Entrenamiento en asertividad
    Fomentar la participación de los trabajadores en la toma de decisiones
    Fomentar un buen clima en el trabajo
    Asistencia Psicológica
    Cursos de formación relacionados con temas como: patologías más frecuentes en la tercera edad, protocolos de actuación, organigrama y funcionamiento del centro, etc.

Para que la intervención del psicólogo con los mayores sea la más adecuada y efectiva, es necesario que el profesional se encuentre especializado en este campo, conociendo con detalle todas las circunstancias que rodean al mayor, sus familiares y a los trabajadores, especialmente los que desempeñan una función asistencial.

Asimismo, es muy conveniente que el psicólogo disponga de un instrumento de evaluación integral que ponga de manifiesto las dificultades encontradas a lo largo de la intervención así como la efectividad de los planes diseñados.
Problemas de los profesionales

Los principales problemas con los que nos encontramos los profesionales en este campo, son por un lado, que la parte contratante, es decir los directores de los centros no acaban de entender la utilidad del psicólogo, tienen poca documentación sobre nuestras funciones y además, muchos de los psicólogos candidatos a cubrir la plaza ni están especializados en gerontología ni cuentan con experiencia en la intervención con mayores.

Este escaso conocimiento de las funciones que desempeña un psicólogo en el ámbito geriátrico hace que en la mayoría de los casos seamos contratados para funciones que no nos corresponden: animación, tareas administrativas,… haciendo que nuestro colectivo se sienta poco valorado. Es labor de todos nosotros y sobre todo de nuestros colegios profesionales la divulgación entre la dirección de los centros así como de las administraciones de las funciones del psicólogo a la hora de intervenir con los mayores.

Es imprescindible que dentro de los colegios se creen comisiones encargadas de velar por los profesionales dedicados a la gerontología, y es igualmente importante, que la intervención de los psicólogos, se haga con criterios unificados y que continuamente, se esté avanzando en nuevas formas de estimular al mayor para fomentar un envejecimiento activo y no caer en actividades repetitivas, que en vez de estimularles, les conduzcan al hastío. Y Todo esto solo es posible, contando con personal especializado y valorado.

Via siquia.com

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