Beneficios del Nordic Walking en Parkinson

miércoles, 13 de abril de 2016 · Posted in

“El Nordic Walking es muy atractivo y esto hace que el cumplimiento terapéutico sea muy amplio “El Nordic Walking es muy atractivo y esto hace que el cumplimiento terapéutico sea muy amplio", explica Francisco Guerrero Frías, médico especialista en Geriatría y Medicina Familiar.

La enfermedad de Parkinson recibe su nombre en honor a James Parkinson, quien la descubre en 1817 y la define como “parálisis agitante”, una mezcla de rigidez y temblor. Este trastorno neurodegenerativo es el segundo más relevante, después del Alzheimer, por su carácter progresivo de larga duración e irreversible, según explica Francisco Guerrero Frías, médico especialista en Geriatría y Medicina Familiar e instructor de Nordic Walking.

El Parkinson se suele diagnosticar por la identificación de una combinación de signos y síntomas motores característicos, como son la alteración y reducción del movimiento, la inestabilidad postural, el temblor o la rigidez. Sin embargo, también se ven afectados sistemas no motores, dando lugar a otros síntomas como demencia, problemas neuropsiquiátricos, náuseas, estreñimiento o trastornos del sueño y la visión, entre otros.

“Las alteraciones en la marcha y el equilibrio son muy incapacitantes y difíciles de tratar provocando caídas que pueden derivar en fracturas y la posterior inmovilización. Tras este tipo de sucesos, los pacientes con Parkinson suelen adquirir miedo a caídas futuras, generando la auto-restricción, la reducción de actividad física y de la calidad de vida. La inactividad física conlleva una disminución de la fuerza y la potencia muscular y, finalmente la dependencia”, apunta el experto.

Y añade, “por este motivo, es importante trabajar para desarrollar programas de ejercicio seguros, llamativos, agradables y divertidos para los pacientes con Parkinson ya que el ejercicio tiene un papel muy importante dentro de la rehabilitación, ayudando a romper el ciclo de empeoramiento de los síntomas”.

Nordic Walking como método de rehabilitación

Actualmente, las técnicas de rehabilitación más comunes a la hora de paliar o retrasar los efectos del Parkinson son:

    Ejercicios aeróbicos tradicionales. Ayudan a mejorar la velocidad de la marcha y el equilibrio.
    Ejercicios de fuerza de grandes grupos musculares. Mejoran la masa muscular y la potencia.
    Tai Chi. Es beneficioso principalmente sobre aspectos del equilibrio.

El Parkinson conlleva acinesia, o falta de movimiento, lo que genera lentitud, fatiga y reducción de la amplitud en los movimientos, así como en la expresión facial, la escritura o la marcha; alteraciones de postura y equilibrio, que suelen dar lugar a deformidades, o flexión en todas las articulaciones, la “postura de simio”. Además es común la pérdida de los reflejos posturales y de enderezamiento, las alteraciones en la marcha, a causa de estar flexionados hacia delante, ya que en esta postura el centro de gravedad avanza por delante de su posición habitual generando pasos muy cortos y rápidos que no llegan a equilibrar el centro gravitatorio, por lo que el desequilibrio tiende a ser cada vez mayor.

Los pacientes con Parkinson tienden a andar en pequeños pasos, encorvados, con las manos temblorosas y codos flexionados. Es por esto que las mayores dificultades de estas personas se producen al dar el primer paso, parar, volver atrás y rodear los obstáculos.

En Nordic Walking, el uso de bastones específicos puede llegar a dar una gran seguridad al paciente, ya que permite ampliar la extensión de los brazos y la zancada, mientras se mantiene un equilibrio firme. Incluso se mejora la postura gracias al apoyo que supone el bastón.

Durante la práctica de Nordic Walking, la activación de la parte superior del cuerpo puede mejorar los parámetros espacio-temporales de la marcha. Además, al ser un ejercicio en el que se desarrolla la fuerza, resistencia, coordinación y equilibrio, puede ralentizar el proceso de envejecimiento que empeora los síntomas de la enfermedad.

Otro de los efectos derivados del Parkinson es la depresión, para lo que el Nordic Walking también puede resultar muy beneficioso, ya que incita a la interactuación social. Característica que comparte con el tango argentino o el tai-chi, sin embargo, “el Nordic Walking solo necesita un curso de iniciación supervisado por un instructor, y puede realizarse en cualquier terreno o ambiente y casi a cualquier edad”, afirma el especialista.

Por supuesto, todo dependerá del grado de afectación funcional, ya que en grados severos será necesaria la supervisión y ayuda de un fisioterapeuta. De hecho, en Alemania e Italia existen asociaciones de pacientes en fases iniciales de Parkinson que utilizan el Nordic Walking para aminorar su evolución.

“El Nordic Walking es muy atractivo y esto hace que el cumplimiento terapéutico sea muy amplio. Además, es un ejercicio al se pueden adherir los propios familiares”, apunta Guerrero.

En el estudio “Efectos de andar, Nordic Walking o flexibilidad y relajación en el desarrollo del Parkinson”. En este estudio, publicado en Journal of Aging Research, se comparó el efecto de distintas actividades (caminar, Nordic Walking o flexibilidad y relajación) en noventa pacientes de Parkinson. 

Los resultados demostraron que pacticado el ejercicio asignado tres veces por semana durante 70 minutos y a lo largo de seis meses, el grupo del Nordic Walking experimentó valores superiores a los del resto de grupos en habilidad postural, estabilidad, amplitud del paso y patrón de la marcha normal. Por otro lado, el 70 por ciento de los acompañantes de los participantes se animó a practicar Nordic Walking y todos los asistentes continuaron practicando una vez finalizado el estudio.

Fuente dmedicina.com

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