Ser mayor y hacer deporte no tiene por qué ser incompatible, más si hablamos de ejercicios acuáticos. Además de mejorar la salud física, sobre todo articulaciones y musculatura, tiene enriquecedores beneficios para la salud mental: mejora la confianza en uno mismo, da seguridad y fomenta las relaciones sociales. ¿A qué estás esperando?
Para las personas mayores realizar algún tipo de ejercicio físico puede resultar verdaderamente complicado. Además de las dificultades propiamente físicas, existe a veces una inseguridad que provoca que el miedo muchas veces impida que se animen a realizar alguna actividad.
Una solución alternativa a estas barreras son los deportes acuáticos, beneficiosos a estas edades por diversos factores que intervienen en el físico pero también en lo emocional, porque, cuidar la mente y también el cuerpo es importante en todas las etapas de nuestra vida.
Además, en el medio acuático nos sentimos mucho más ligeros, pues el peso del cuerpo debajo del agua se ve reducido en gran medida, lo que favorece aún más el hecho de que estos ejercicios resulten ideales para personas mayores, con movilidad reducida o personas en proceso de rehabilitación.
El doctor David Curto, jefe de gestión asistencial de Sanitas Residencial, recomienda complementar, en la medida de lo posible, los ejercicios habituales que realice el mayor con actividades acuáticas.
En efecto, algunos de los problemas de salud más frecuentes en las personas mayores son los dolores articulares y musculares. Gracias a los ejercicios acuáticos, articulaciones y músculos pueden fortalecerse, además de la relajación que supone realizar este tipo de prácticas.
Se trata, en esencia, de evitar el sedentarismo y las consecuencias que tiene, y cambiar el sofá por actividades placenteras y relajantes que además refuerzan otros puntos importantes como la confianza en uno mismo y la capacidad de relacionarnos con otras personas cuando estamos en grupo, algo clave para prevenir y modificar la aparición de problemas como la depresión o el aislamiento.
Otros beneficios residen en el marco cognitivo, pues estas terapias acuáticas, la repetición de las diferentes series de ejercicios, el recuerdo de acciones concretas y la coordinación necesaria para llevar todo esto a cabo, sirven de refuerzo para la memoria.
Sin embargo, el doctor Curto recuerda la importancia de que, en la medida de lo posible, los mayores mantengan la independencia en estas actividades con el fin de obtener los mejores resultados. “Si el mayor precisa constantemente de ayuda para llevar a cabo los ejercicios dará lugar a una situación de dependencia, la cual impedirá que el mayor pueda progresar y alcanzar los objetivos de la actividad”, concluye el experto.
Via efesalud.com
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