El ejercicio crea una “reserva motora” para la vejez

miércoles, 27 de mayo de 2015 · Posted in

Las personas mayores que se mantienen físicamente activas pueden protegerse de los daños que ocurren en pequeñas áreas del cerebro con la edad y que, de otra forma, podrían afectar su capacidad de movimiento, según un estudio publicado Neurology, la revista de la Academia Americana de Neurología.

Muchas personas mayores tienen pequeñas áreas brillantes en la materia blanca del cerebro, que se observan con resonancia magnética (RM). La presencia en la RM de una pequeña cantidad de esos focos puntiformes hiperintensos en la sustancia blanca cerebral es un hallazgo muy habitual y, en una gran parte de casos, se puede considerar intrascendente. Sin embargo, niveles más altos de estas áreas brillantes en la sustancia blanca (el cableado del cerebro) se han relacionado con problemas de movimiento, como dificultad para caminar. Curiosamente, este estudio ha comprobado que las personas más activas físicamente no tenían una caída de sus habilidades de movimiento, incluso con altos niveles de daño cerebral.

“Estos resultados subrayan la importancia de los esfuerzos para fomentar un estilo de vida más activo en las personas mayores para evitar problemas de movimiento, que es un importante problema de salud pública”, explica, Debra A. Fleischman, autora del estudio. Igual que la actividad intelectual puede crear una reserva cognitiva que protege del posible deterioro asociado a la edad, los autores proponen que “la actividad física puede crear también una “reserva motora” que protege las habilidades de movimiento de los efectos del daño cerebral relacionado con la edad”

En el estudio participaron 167 personas con una edad promedio de 80 años. Los participantes llevaron monitores de movimiento en las muñecas durante 11 días para medir su actividad física. También se les hicieron 11 test de sus habilidades de movimiento. Mediante resonancia magnética se determinó el volumen de puntos hiperintensos en la materia blanca del cerebro.

En comparación con los que estaban en el nivel de actividad media (percentil 50), los que se encontraban en los niveles de actividad más alta (percentil 90 según los monitores de movimiento, tenían actividad equivalente a caminar a 4 kilómetros por hora durante 1,5 horas cada día.

Y para ese grupo de mayor actividad física, la relación entre áreas brillantes en la sustancia blanca y deficiencias motoras, se rompía. Incluso los que tenían una mayor cantidad de daño cerebral, medido por los puntos brillantes en la resonancia, mantuvieron sus puntuaciones en las pruebas de movimiento. Sin embargo, los que estaban en el percentil 50, con un nivel medio de actividad, tener una mayor cantidad de daño cerebral se asoció con puntuaciones significativamente más bajas en las pruebas de movimiento. El efecto perjudicial fue aún más fuerte para aquellos con los niveles más bajos de actividad física.

Los resultados se mantuvieron después de que los investigadores ajustaran otros factores que podrían afectar a esta relación, como el índice de masa corporal (IMC), la depresión y la enfermedad vascular.

En cualquier caso, señalan los investigadores, el estudio no determina si la actividad física hace que las personas conserven sus habilidades de movimiento; sólo muestra la asociación entre actividad física y mejores habilidades de movimiento, incluso con signos de daño cerebral, que en personas menos activas se asocian a dificultades de movimiento. De ahí que piensen que el ejercicio continuado puede crear una especie de “reserva motora”.

En un estudio previo, Fleischman había demostrado que la actividad física y la fuerza de las piernas son predictores relativamente independientes de la disminución de movilidad en las personas mayores.

Via abcblogs.abc.es

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