El correcto abordaje de la depresión en la tercera edad es imprescindible para prevenir la aparición de demencia, ha explicado el psiquiatra Ángel Moríñigo, especializado en el ámbito de las demencias, durante la celebración en Sevilla del Congreso de la Sociedad Española de Psiquiatría Privada (ASEPP).
"La depresión de aparición tardía, es decir, la que se inicia en edad geriátrica, es un factor de riesgo para la demencia", advierte este experto, quien recuerda que su tratamiento además es imprescindible para mejorar al paciente depresivo y aportarle mayor bienestar.
Moríñigo realizó una revisión de las evidencias científicas disponibles. "Las investigaciones han señalado correlaciones entre los síntomas depresivos y el riesgo de enfermedad de alzéhimer, basándose en técnicas de neuroimagen a través del estudio de pacientes control sin depresión o con cuadros depresivos muy leves. "En la depresión de aparición tardía se relaciona con el riesgo de demencia especialmente en la demencia de tipo alzhéimer y la de tipo vascular", ha explicado.
"Los síntomas puramente emocionales revierten y los tratamos bien con antidepresivos, pero a veces ni con el mejor antidepresivo revierte el trastorno cognitivo leve, que incluso progresa y a veces empeora. En muchos mayores si tratamos bien la depresión remite el trastorno cognitivo leve. Ese es una subpoblación de pacientes en mayor riesgo y a los que debemos seguir de manera más precisa", explica.
EL ABORDAJE MULTIDISCIPLINAR DE LA ESQUIZOFRENIA
Los expertos han analizado las perspectivas actuales en el tratamiento de la esquizofrenia. La prevención del suicidio y la falta de adherencia a los tratamientos son algunos de los retos importantes en el manejo de esta patología, que en España padecen unas 400.000 personas.
Para ello apuestan por el abordaje de los primeros episodios de la enfermedad, asimismo señalan que la atención e información dirigida al entorno familiar también son cruciales. Asimismo, recuerdan que pesar del gran desarrollo de la investigación farmacológica en este campo durante las últimas décadas, la situación actual y de futuro cercano no permiten aventurar grandes innovaciones en el ámbito psicofarmacológico.
"Afortunadamente, esto no implica que no vaya a ver ámbitos de mejora e innovación para el tratamiento de nuestros pacientes dado que los tratamientos actuales son de alta eficacia y dado también el gran avance de los sistemas de optimización de la calidad en la asistencia y de las nuevas tecnologías de información y de la comunicación", explica Manuel J. Cuesta Zorita, jefe del Servicio de Psiquiatría del Complejo Hospitalario de Navarra.
Por una parte, añade, "se debe de atender con especial atención a los primeros episodios de la enfermedad en tanto que suponen la aparición de un proceso grave que en muchas ocasiones va a cursar hacia la cronicidad y comorbilidad con otras patologías, como la depresión y el consumo de sustancias".
"Se dan además las circunstancias especiales del impacto en el medio familiar primario, al que hay que disponer de una atención específica proveyéndole de la atención y la información necesaria en todo momento", afirma.
Todo proceso inicial debe conllevar una evaluación pronóstica y de prevención de riesgos porque muchos de estos pacientes a medio plazo pueden precisar dispositivos rehabilitadores complementarios para la recuperación y continuidad de su proyecto vital. Asimismo, los pacientes ya diagnosticados o de años de evolución que acuden a la consulta precisarán a menudo de programas complementarios de intervención para su integración en el medio sociolaboral desde la enfermería, el trabajo social y la psicología, que en muchas casos hacen que haya que trabajar de forma coordinada con otras consultas y/o centros de entidad pública y privada.
Via infosalus.com
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