Quizás hayas oído hablar de la disfagia, un problema que afecta en especial a las personas mayores y que se presenta como una dificultad para tragar, tanto alimentos sólidos como incluso líquidos. Es una consecuencia del mismo proceso de envejecimiento que afecta a los músculos del esófago y su capacidad de hacer pasar los alimentos a través de esta parte del tracto digestivo.
Síntomas
El poder detectar las primeras señales a tiempo es esencial para evitar problemas mayores. Los trastornos en la deglución en las personas mayores se inicia con una debilidad y falta de coordinación en los músculos bucales y en la garganta, con mal funcionamiento de los nervios motores y sensitivos que hacen que el masticar y el tragar sean difíciles.
Otro síntoma principal es el babeo, retención de la comida en la boca, tos después de tragar, borboteo y una sensación de “nudo en la garganta”. Cuando ya se afecta la deglución de líquidos el riesgo es aún mayor, y se corre el riesgo de que la persona sufra de deshidratación.
Dieta
En estos casos habrá que adaptar la dieta a las posibilidades del paciente: en tal labor deberá contarse con la ayuda de un especialista para asegurar que se incorporen los líquidos y nutrientes necesarios. Existen también en el mercado preparados especiales o alimentos concentrados especialmente diseñados para las personas que requieren de una mayor concentración de nutrientes en poca ingesta.
Estos productos pueden venir con distintos sabores o bien neutros y se presentan como natillas o bien ya más sólidas como un flan o un pudin.
La disfagia ante líquidos obliga a prescindir de ciertos alimentos más pesados y de doble textura, y seleccionar en cambio alimentos que forman un bolo consistente en la boca y no se deshacen en partes, como el plátano, el puré de patatas espeso, los flanes y otras opciones similares.
Para tomar suficientes líquidos conviene optar por las gelatinas de diferentes sabores. La reducción en la producción de saliva y la sequedad bucal se compensa si se humedecen los alimentos con pequeñas cantidades de líquido (salsas, mayonesa o incluso algo de aceite o margarina).
La postura
Otro punto a tener en cuenta es la posición o postura que adquiere la persona a la hora de comer: la posición debe ser lo más alineada posible para permitir un buen posicionamiento del canal de alimentación. La postura en la mesa debe ser con las caderas flexionadas en 90 grados, la espalda recta y los pies bien apoyados sobre el suelo.
Si el paciente debe comer en la cama, entonces se aconseja elevar la cabecera y colocar por detrás almohadas para conseguir la flexión de 90 grados de la cadera y el cuello.
Complicaciones
La disfagia puede ocasionar complicaciones graves como atragantamiento, neumonía por aspiración y extrema delgadez y desnutrición, ya que las personas tienden a comer menos o casi no comer por el miedo a atragantarse.
Via vitadelia.com
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