Ahora, unos investigadores de la Universidad de Sídney han publicado en la prestigiosa revista científica Neurology un estudio en el que han analizado la relación existente entre el ejercicio físico y la mejora de los síntomas del Parkinson.
Como ya sabéis, esta enfermedad se caracteriza por una incoordinación en los movimientos, así como la aparición de unos temblores muy típicos. Conforme pasan los años, estas alteraciones progresan y son realmente muy incapacitantes.
Las caídas son muy frecuentes en estas personas; de hecho, aproximadamente el 60% de los enfermos de Parkinson sufren como mínimo una caída cada año. El miedo que pueden experimentar como consecuencia de ello les impide aún más para llevar una vida diaria normal.
¿El ejercicio es capaz de mejorar los síntomas del Parkinson?
Los científicos querían ver cómo el ejercicio físico impacta en la mejoría de estos síntomas de los pacientes con Parkinson. Para ello, idearon un estudio que ha contado con la participación de 231 personas que padecían esta enfermedad.
Los participantes formaron dos grupos: en uno de ellos, los sujetos tenían que realizar unos 40-60 minutos de ejercicio tres veces a la semana para fortalecer los músculos de las piernas y mejorar la coordinación motora; el otro grupo constituyó el grupo control, ya que no realizaron ninguna de las actividades mencionadas.
Cabe destacar que algunos ejercicios eran supervisados por un fisioterapeuta; no obstante, la mayoría de los ejercicios se podían realizar perfectamente en casa sin ningún tipo de supervisión.
El ejercicio físico redujo el número de caídas de las personas con Parkinson
El equipo halló que las caídas de los participantes que realizaron ejercicio físico se redujeron considerablemente. En concreto, hubo una reducción de las caídas del 70% comparados con los enfermos que no realizaron esas actividades físicas.
Asimismo, hubo otro descubrimiento que fue aún más esperanzador: los participantes que se adhirieron a los ejercicios para mejorar la coordinación y la fortaleza de los músculos de los miembros inferiores mostraron una mejora de la calidad de vida, tanto a nivel físico como a nivel psicológico (el miedo a caerse era menor).
“Estos resultados sugieren que los programas de ejercicio supervisados mínimamente para reducir las caídas de las personas con Parkinson debe iniciarse de manera temprana en el proceso de la enfermedad”, explica la principal autora del estudio, Colleen G. Canning.
Via medciencia.com
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