En otras ocasiones hemos hablado de la importancia de los hábitos de vida saludable para la prevención de enfermedades neurodegenerativas como Alzheimer y Parkinson.
En este sentido, una investigación del Instituto de Rehabilitación Neurológica NeuroMadrid liderada por Luis Gangoiti, va más allá y explica que el ejercicio físico y los hábitos de vida saludable son claves no solo para prevenir el Alzheimer sino también para personas que ya han desarrollado la enfermedad.
Y es que la conclusión principal a la que se ha llegado desde NeuroMadrid es que las personas con Alzheimer que no realizan ejercicio físico presentan mayores niveles de deterioro cognitivo respecto a aquellas que sí lo practican.
El experto indica que la realización de programas activos, definidos, interdisciplinares se demuestra especialmente efectiva en las fases leve y moderada de la enfermedad de Alzheimer, mientras que en las fases avanzadas son más recomendables los “programas asistidos”.
Además, apunta que el programa de ejercicios para los pacientes con Alzheimer debe ir acompañado de una valoración médica específica y también que es conveniente que la atención sea integral y englobe también fisioterapia y terapia ocupacional.
Estos deben ser principalmente ejercicios aeróbicos, de equilibrio, de fuerza y de estabilidad, todos ellos combinados con otras técnicas de estimulación cognitiva.
Por último, Luis Gangoiti incide en la importancia del diagnóstico precoz para la detección de la enfermedad de Alzheimer y el objetivo de la mejora de la calidad de vida del paciente, para lo que recomienda que la rutina de ejercicios sea diaria y se realice con objetos que sean familiares para la persona con Alzheimer.
Via cuidadoalzheimer.com
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