Michael J. Fox fue el primero en hacerlo público, pero tras la muerte de Robin Wlliams (su mujer reveló que sufría la enfermedad de Parkinson), otros famosos han mostrado su solidaridad confesando que también padecen esta enfermedad. La lista de personajes conocidos entre los que hay líderes políticos, deportistas y actores es cada vez más amplia. Desde Helen Mirren a Ozzy Osbourne pasando por Salvador Dalí, Juan Pablo II y Mohammed Alí.
Hablamos de diferentes perfiles y estilos de vida opuestos que han tenido que enfrentarse al mismo mal. Una enfermedad con un diágnostico complejo y tardío puesto que muchos de sus síntomas (depresión, estreñimiento, trastornos del sueño...) pasan desapercibidos o se asocian a otras patologías.
Sin embargo, existen tres síntomas motores característicos del Parkinson: temblor, rigidez en extremidades y la lentitud en los movimientos. Además, suelen manifestarse en una mitad del cuerpo, generalmente por el lado derecho.
Por otra parte, la progresión es lenta y depende del tratamiento y la capacidad de reacción de cada organismo, aunque es común que se pierda el control del propio cuerpo y se tengan dificultades para moverse o hablar.
En cuanto a la edad, se han documentado casos de enfermedad de Parkinson en jóvenes con menos de 20 años, pero aparece con más frecuencia en el rango de edad que va de los 40 a los 70 años.
Y es que hay mucha ambigüedad sobre las causas que originan este trastorno degenerativo. Por un lado tiene un componente genético y por otro responde a un proceso de oxidación que daña los tejidos y las neuronas. Al tratamiento médico se suman otra serie de recomendaciones prácticas para minimizar sus efectos que aquí repasamos:
1. Dormir lo justo. Entre 7-8 horas diarias es lo más indicado, ya que dormir menos incrementa el riesgo vascular y dormir más puede ser el síntoma de que se padece un trastorno del sueño.
Los expertos señalan que dormir demasiado es perjudicial. Según el Instituto de Medicina del Sueño de Valencia, dormir en exceso provoca un estado de letargo perjudicial para nuestra actividad diurna. Nuestras acciones habituales se ralentizan y nuestro organismo se vuelve más lento.
De hecho, dormir en exceso puede ser un síntoma de principios de Parkinson. En este sentido, una investigación demostró que si una persona duerme 9 horas cada noche, la probabilidad de padecer esta enfermedad es de un 80 por ciento más que en una persona que duerme menos de 6 horas; del 60 por ciento en la persona que duerme 8 horas y del 10 por ciento en aquella que duerme 7 horas.
Además, se ha demostrado que el trabajo nocturno puede disminuir la probabilidad de padecer esta enfermedad. A saber, las personas que trabajaban 3 noches cada mes a lo largo de 15 años presentaban una tasa inferior en un 50 por ciento al de aquellas que sólo trabajaban de día.
2. Tomar café puede aliviar los síntomas. Un estudio de la Universidad McGill de Montreal (Canadá) reveló que los sujetos que tomaron cafeína redujeron sus problemas motores.
Concretamente, tomaron 100 mg. de cafeína dos veces al día durante tres semanas, seguidas de otras tres semanas consumiendo 200 mg. dos veces al día, lo que equivale a tomar entre dos y cuatro tazas diarias de café.
3. Tener una actitud positiva aleja la depresión, que puede aumentar las probabilidades de desarrollar Parkinson. Así lo asegura un estudio del Hospital General de Veteranos de Taipei (Taiwán) publicado en la revista Neurology.
Los resultados indicaron que las personas con depresión tienen 3,24 veces más de probabilidades de desarrollar Parkinson que aquellas sin depresión.
4. Mantenerse activo. Uno de los aspectos más importantes del tratamiento de la enfermedad de Parkinson consiste en el mantenimiento del tono muscular y de las funciones motoras, por lo que es esencial la actividad física diaria.
También hay ejercicios determinados que pueden ayudar a mantener la movilidad de los miembros y fortalecer los músculos que generalmente se ven más afectados.
5. Llevar una dieta adecuada puede mejorar el estado del paciente. Así, una dieta de redistribución proteica, acumulando la mayor parte de las proteínas en la cena o la ingesta de mucho líquido, puede contribuir a mejorar la sintomatología.
Via es.tendencias.yahoo.com
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