Los ancianos son uno de los grupos de riesgo más amplios y sufren muchos accidentes que se podrían evitar.
Los accidentes constituyen la primera causa de lesiones e incapacidad y la quinta causa de mortalidad en personas de más de 75 años.
Aquí se recogen las medidas básicas que se deben tomar para impedir caídas, intoxicaciones o quemaduras.
Caídas
Las caídas son los accidentes más frecuente en los ancianos. A ello contribuyen factores propios de la misma naturaleza del anciano, que presenta ya alteraciones degenerativas, origen de una mayor debilidad muscular y una deficiencia en los sistemas de relación como el equilibrio, la vista y el oído.
Para evitar las caídas deben seguirse unas normas, tanto en la actitud del propio anciano, como en el medio que lo rodea. Las caídas en los ancianos pueden resultar muy graves, no ya por el traumatismo en sí, sino además por la descompensación que pueden producir y la necesidad de encamamiento o inmovilización que a veces les siguen.
Adaptación del domicilio:
En la adaptación del domicilio es importante tener en cuenta que los grandes cambios del entorno habitual pueden ser perjudiciales, haciendo que se sienta más confuso y alterado, al no poder reconocer las novedades. A pesar de ello sería recomendable modificar algunas cosas para impedir accidentes, siempre de forma gradual.
Dormitorio:
Colocar la cama de manera que el enfermo pueda subir y bajar sin molestias; normalmente es necesario subir la cama unos 20-30 cm para facilitar la movilidad y ayuda.
Quitar la alfombra o fijarla al suelo para evitar que se resbale.
Fijar la lámpara de noche a la pared o a la mesita para evitar que la tire e instalar un sistema fácil de manipular para encenderla y apagarla.
Procurar una correcta iluminación en el dormitorio (piloto de luz permanente), una adecuada señalización (letras e imágenes en las puertas) e iluminación del trayecto entre el dormitorio y el cuarto de baño, o colocar bandas o flechas luminiscentes que indiquen el camino.
Cocina:
Almacenamiento de objetos entre la altura de la cadera y la de los ojos. Los objetos de uso frecuente colocados en los lugares más accesibles.
Escaleras o taburetes: con peldaños bien seguros si es necesario elevarse para coger algo.
Mesa: firme y fija.
Cocina y horno: Sustituir, si es posible, el horno de gas por una cocina eléctrica; si no, instalar un aparato detector de fugas de gas o que quede inutilizable cuando no se use.
Calentador: Bloquearlo en posición intermedia. Evitará quemaduras por agua caliente.
Frigorífico: Equiparlo con cerradura.
Electrodomésticos pequeños: Desconectarlos si no se están utilizando.
Suelo: Conservarlo seco para evitar caídas.
Productos de limpieza: Guardarlos bajo llave.
Cuchillos y objetos cortantes: Se deben situar fuera del alcance de ancianos con demencias o con patología psiquiátrica.
Vajilla: Se recomienda usarla irrompible o de plástico.
Baño:
Quitar la alfombrilla de baño sobre la que pueda resbalarse.
Tiras antideslizantes pegadas en el fondo de la bañera.
Mantener una luz nocturna permanente.
Agarradera que facilite la entrada y salida de la bañera.
Evitar que se quede encerrado.
Quitar la llave de la cerradura o los cerrojos de la puerta por dentro.
Cierres de puertas que garanticen el acceso a una emergencia.
Facilitar el acto de bañarlo/se:
Dicha flexible, más manejable para lavarse y barras laterales para agarrarse en bañera, ducha y W.C.
Retretes a la altura correcta
Reducir al mínimo los útiles de aseo y colocarlos siempre en el mismo sitio.
No exponerlo a cambios bruscos de temperatura.
Suelos:
No encerarlos, quitar las alfombras, cables y objetos que puedan obstaculizar.
Utilizar calzado adecuado: Zapatos con suela firme, no deslizantes, sin roces y con tacones bajos. Evitar caminar con calcetines o con las zapatillas sueltas, anchas.
Procurar que exista una buena iluminación pero que no deslumbre.
Si hay escaleras, protegerlas con pasamanos a ambos lados y pintar el primer y último peldaño de color diferente y llamativo para que reconozca la escalera. Debe estar bien iluminada (pilotos de luz en zonas concretas). Alfombrillas no deslizables ni de pelo espeso o muy gruesas, suelos no encerados ni resbaladizos. Quitar cables y pequeños objetos.
Intoxicaciones
Otros accidentes que sufren los adultos mayores suceden por intoxicaciones de diferente naturaleza:
Por alimentos: Pueden deberse a alimentos mal conservados, de los que el anciano no perciba sus alteraciones de olor o sabor, o a la confusión de ingredientes alimentarios por otros usados para limpieza o desinfección. Los alimentos deben estar bien lavados (lavar las frutas y verduras con agua con dos gotas de lejía por cada litro de agua), bien conservados (congelados, en envases con cierres herméticos o al vacío) y bien cocinados (evitar las carnes y pescados crudos). Debe mirarse la fecha de caducidad de los alimentos que se consuman. Deben rechazarse las conservas caseras sin garantías.
Por fármacos: Es otra de las causas más frecuentes de intoxicación en los mayores. Debe evitarse el consumo de fármacos no prescritos por el médico. Los medicamentos deben guardarse en las condiciones que aconseja el fabricante (lugar fresco y seco y a veces en el frigorífico). Cada medicamento debe guardarse en su envase original con su etiquetado y conservar su folleto para saber en todo momento el nombre y la indicación del fármaco.
Es aconsejable saber para qué sirve cada uno de los medicamentos que se toman y saber las dosis y el número de veces en que hay que distribuir éstas a lo largo del día. Para ello es aconsejable apuntarlo en los envases. Hay un método sencillo que consiste en apuntar el número de pastillas, grageas, cucharadas, etc. que se deben tomar al día en la primera toma, poner un guión, apuntar el número de pastillas de la segunda toma y así sucesivamente.
Por ejemplo, si se deben tomar tres pastillas a lo largo del día divididas en tres tomas, escribir sobre el envase 1 - 1 - 1. Otro ejemplo: si se tienen que tomar cinco pastillas, de modo que dos sean en la primera toma, una en la segunda toma y dos en la última, se anotará sobre el envase 2 - 1 - 2.
Este sencillo método puede ayudar a evitar olvidos, tomar más cantidad de la prescrita o confundir los medicamentos.
Por gas: Conviene revisar periódicamente las instalaciones del gas, no quedarse dormido nunca sobre las mesas bajo las que haya encendidos braseros o estufas y comprobar al acostarse que las llaves del gas estén cerradas.
Quemaduras
Son un capitulo importante en los accidentes que los ancianos sufren dentro del hogar. Conviene seguir una serie de normas:
Si se usan braseros, se debe tener mucho cuidado con las faldas de camilla. Alejar de las estufas y chimeneas trapos, papeles y cualquier material que pueda prenderse.
Proteger todas las fuentes de calor de modo que no puedan producir quemaduras al tocarlas o acercarse.
Si se fuma y se bebe, hay que tener especial cuidado con apagar bien las colillas y no arrogarlas al suelo. No fumar nunca en la cama.
Cuando se usen bolsas de agua caliente revisar que estén bien cerradas y cubrirlas con un paño.
No usar mantas eléctricas si hay problemas de incontinencia urinaria porque podrían mojarse.
No usar nunca velas ni cerillas. Si no es posible usar la luz eléctrica, se usarán linternas.
Si es posible, es aconsejable un regulador de la temperatura del agua de la ducha para evitar escaldaduras por el agua demasiado caliente. Esto tiene gran importancia en los ancianos con patologías que disminuyen su umbral de percepción de la temperatura.
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