En personas de edad avanzada, la obesidad puede disminuir la función física asociada a la edad y conducir a un estado de fragilidad o debilidad generalizada. Además, este problema físico aumenta el riesgo de enfermedad y muerte prematura.
Estudios clínicos han definido que el aumento de peso en personas de edad avanzada se debe más a una disminución en el ejercicio o actividad física que a un aumento en la cantidad de calorías consumidas.
Esto podría deberse a que el cuerpo, con el paso de los años, sufre una serie de cambios fisiológicos que están directamente relacionados con el proceso de envejecimiento celular y con una tendencia a llevar una vida más sedentaria.
Entre otros aspectos, disminuye el agua del cuerpo y la sensación de sed, generando un riesgo de deshidratación involuntaria.
Con la edad, también aparecen problemas de la visión y el olfato, lo que hace menos atrayente la comida, si a esto se suma la pérdida de las papilas gustativas y las dificultades para mascar y tragar, las personas mayores van dejando de lado su alimentación.
En términos generales, la obesidad implica dos tipos de alteraciones graves para el anciano:
1.- La complicación de enfermedades como la hipertensión arterial, que es 2.5 veces más frecuente en obesos, la cardiopatía isquémica, la diabetes mellitus e incluso hay estudios que hablan de una mayor prevalencia de las neoplasias en obesos.
2.- Existen una serie de alteraciones para la estética, e incluso psíquicas, que contribuyen a que el envejecimiento no sea satisfactorio, pues producen numerosas dificultades: trastornos venosos, linfáticos, edemas cutáneos.
Sumado a lo anterior, el sobrepeso es un importante factor de riesgo de enfermedades crónicas, tales como:
Las cardiovasculares (especialmente las cardiopatías y los accidentes vasculares cerebrales), que actualmente constituyen la principal causa de muerte en todo el mundo con 17 millones de víctimas anuales.
La diabetes, que se ha transformado rápidamente en una epidemia mundial (estimaciones de la OMS señalan que las muertes por diabetes aumentarán en todo el mundo en más de 50% en los próximos 10 años).
Las enfermedades del aparato locomotor, y en particular la artrosis, así como algunos cánceres, como los del endometrio, mama y colon.
El tratamiento de la obesidad puede ser dieta, ejercicio, modificación de conducta, terapia farmacológica o cirugía. En la mayoría de los casos, con solo indicarle al paciente un régimen sencillo de ejercicio supervisado como caminar de 30 a 60 minutos diarios, de 3 a 6 veces a la semana, puede ser suficiente para inclinar la balanza hacia el regreso al peso normal.
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