Hiporexia: la falta de apetito en la tercera edad

lunes, 20 de enero de 2014 · Posted in


La carencia de apetito en los adultos mayores no es un capricho, sino una manifestación de una enfermedad que tiene severas consecuencias. Se trata de la hiporexia, que consiste en una reducción del apetito por motivos fisiológicos que afecta al 90% de los pacientes mayores de 80 años. Así lo señaló Federico Cuesta, geriatra del Hospital Clínico San Carlos de Madrid e integrante de la Sociedad Española de Geriatría o Gerontología (SEGG).

Este trastorno alimentario se complica debido a la edad avanzada. La endocrinóloga Rosa Burgos, añadió que los adultos mayores habitualmente comen menos porque se reducen sus requerimientos físicos, por lo que el estómago empieza a solicitar menos cantidad de alimentos. De la misma manera, otras personas ingieren una menor cantidad de comida porque sienten los sabores y olores de forma distinta o por algún medicamento administrado para otra enfermedad.

La experta también sostuvo que la hiporexia puede ser un síntoma de alguna afección que requiera apoyo psicológico, como la depresión. Por este motivo, Burgos afirmó que cuando un paciente acude a control por estas causas, se les debe consultar sobre su estado anímico.

Causas de la hiporexia

Específicamente, entre las principales causas de la hiporexia tenemos:

    Lesiones tumorales benignas de tamaño medio o grande en cualquier zona del hígado, páncreas, vías biliares y tubo digestivo.
    Problemas tumorales cancerosos en cualquier área del hígado, páncreas, vías biliares y tubo digestivo. Estos inconvenientes también derivan en anorexia y en un acelerado descenso en el peso corporal.
    Inflamaciones del tubo digestivo, que pueden ir desde la boca hasta el conducto anal. Entre estas lesiones tememos la estomatitis (inflamación de las mucosas orales), enfermedad inflamatoria intestinal activa (enfermedad de Crohn y colitis ulcerativa), esofagitis por reflujo, duodenitis, gastritis, úlceras gástricas y duodenales, parasitosis intestinales e inflamación anorrectal infecciosa.
    Estados de ansiedad y depresión. Generalmente, esta condición se confunde con la probabilidad de sufrir tumores malignos del tubo digestivo.

Consecuencias de la hiporexia

La desnutrición es la consecuencia más severa de esta enfermedad. Federico Cuesta dijo que cuando hay una reducción en el consumo de alimentos, los pacientes mayores comienzan a perder peso hasta desnutrirse. “La desnutrición nos introduce en el círculo vicioso de las complicaciones, las estancias hospitalarias, incluso la mortalidad”, añadió.

Si una persona, sobre todo un paciente mayor, rechaza la comida cuando tiene las defensas bajas debido a alguna enfermedad, es más propenso a la desnutrición. Como señaló Rosa Burgos, este es “uno de los principales problemas en los grandes hospitales: la desnutrición relacionada con la enfermedad”.

Via blog.clikisalud.info

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