Vejez y enfermedad no son sinónimos. Un buen estado de ánimo y humor son aspectos clave. Así lo plantea Francisca Bertoglia en su libro ‘¿Vieja de miel o vieja de hiel?’ en el cual relata sus vivencias y percepciones en torno a esta etapa de la vida.
“Perder la sensación de ser vista, o reconocida por el entorno, ha sido la señal más potente de ingreso a la vejez, para mis amigas y para mí”, narra Francisca Bertoglia en su libro ‘¿Vieja de miel o vieja de hiel?’. Y agrega: “Las mujeres somos visibles en la calle durante el tiempo transcurrido entre el primer y el último ‘mijita rica’”.
Próxima a cumplir 70 años, esta escritora, instructora de yoga y profesora de Lenguaje asegura que una buena vejez se logra preocupándose lo antes posible de cuidar el cuerpo y cultivar el alma y espíritu.
¿Cómo nace la idea de su libro?
- Empecé a envejecer y a enfrentar toda la ‘catarata’ de ofertas que existen para no ser vieja. Los medios de comunicación ofrecen muchas cosas para detener el envejecimiento, del cuerpo especialmente, pero a mí me interesa parar la vejez en el ‘mate’, en la manera de sentir, de aprender, en el alma.
¿Qué es lo más común que ve en sus pares?
- Los achaques. Además, veo una ausencia de amor y la presencia de mucho miedo, que los hacen disfrazarse con rabia y agresión. Les falta aprender a confiar más.
¿Cómo desarrollar el buen humor en la tercera edad?
- Depak Choprak, médico y escritor hindú, dice que hay que escoger el lado positivo de cualquier situación y cómo la vivas va a ser lo importante. Una opción es vivirla como si fueras víctima del universo, preguntándote ¿por qué me pasa esto a mí? Hay que tener claro que la adversidad es una condición de toda la humanidad y para eso el humor es muy aliviador.
¿Por qué es importante tomarse la vida con humor?
- Porque te hace tener una mejor calidad de vida.
¿Cuán importante es reírse de uno mismo?
- Si no te puedes reír de ti mismo, no te puedes reír de nada. Eso tiene que ver con el auto-conocimiento y con cómo te tratas. A mí me dan rabia ciertas cosas, pero a la vez termino riéndome de mis propias estupideces.
En el libro menciona que sus viejos favoritos son los ‘generativos’. ¿Quiénes son y qué los caracteriza?
- El término generativo lo aprendí investigando para este libro. El ‘viejo generativo’ lo comparo con las plantas que dan aceites esenciales: éstas tienen una época que los productores denominan ‘tiempo balsámico’, que corresponde al tiempo en que la planta produce lo mejor que tiene antes de secarse. Por lo tanto, los ‘viejos generativos’, ‘viejos balsámicos’ o ‘viejos de miel’ son los que cosechan lo que han sembrado toda la vida, los que no tienen barreras, por ejemplo, frente a los jóvenes. Ser generativo es la obligación de cualquier viejo que tenga un mínimo de sentido solidario.¿Cómo vivir la tercera edad de manera más plena?
- Uno tiene que pensar cómo quiere envejecer cuando está en plena actividad y puede tomar decisiones. Se trata de decidir qué cosas quieres hacer y empezarlas a hacer desde ya. Aprender algo, prepararte físicamente, pensar a qué te quieres dedicar cuando jubiles. Yo me retiré mucho antes de jubilar del colegio donde trabajé 20 años como profesora, tenía 49 años. Toda la gente me decía que cómo iba a dejar algo seguro, cómo iba a perder mi jubilación, etc. Hoy puedo decir que, trabajando por mi propia cuenta, nunca me había ido tan bien. Desde los 60 años hasta ahora, he escrito tres libros, ahora escribo el cuarto y estoy realmente fascinada.
¿Qué recomienda para evitar los achaques?
- Una buena vejez tiene que ver con hacer lo que te gusta. Puedes elegir vivir inconscientemente, haciendo lo que te dicen, o conscientemente, confiando en lo que percibes.
Viejos generativos
Francisca Bertoglia identifica en su libro aquellos viejos que marcaron significativamente su vida. A éstos los denomina como ‘viejos generativos’. Sus características son:
Establecen vínculos con los integrantes de su entorno y se interesan por quienes los rodean.
La edad no es ningún impedimento para relacionarse con los demás.
Manifiesta claridad de conciencia, sentido del humor y respeto por la intimidad del prójimo.
No impone su manera de pensar o sentir.
La edad no le es impedimento para sus gustos: jardín, ecología, arte, entre otros.
No niega sus emociones ni sentimientos.
Es paciente. Tolera cierto grado de desorden y bullicio.
Via hacerfamilia.cl
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