Cambios en la composición corporal: músculos, agua y grasa

domingo, 1 de diciembre de 2013 · Posted in


Unos de los cambios típicos de las personas mayores son los que ocurren a nivel de la masa muscular, la grasa y el agua corporal. A pesar de ser de los más importantes para determinar el equilibrio del medio interno y el nivel de dependencia, son los cambios que menos se perciben.

Músculos

Los músculos son las estructuras que se ocupan de dar movimiento al cuerpo por las órdenes que reciben del sistema nervioso; dan estabilidad a la postura estática y son una de las mayores reservas de proteínas del organismo, ya que están formados por ellas.

En los ancianos hay una pérdida de masa muscular que puede llegar a ser de hasta  el 40%. Esto implica una mayor dificultad en la realización de las funciones motoras, menor resistencia al ejercicio y es uno de los principales factores determinantes de  la dependencia de las personas mayores.

 Las causas de esta pérdida son múltiples y además se potencian entre ellas. Las principales son:

    Disminución de la ingesta de proteínas y desnutrición.
    Disminución del ejercicio físico: vida sedentaria, enfermedades crónicas limitantes (respiratorias, cardíacas, osteoarticulares, etc.)
    Alteraciones endocrinas (diabetes, problemas de tiroides, etc.)
    Disminución del estímulo nervioso directo en el músculo.
    Uso de ciertos fármacos (corticoides, diuréticos,  etc.)

Grasa y agua corporal

Con la edad la proporción de agua del organismo disminuye de forma progresiva; en la juventud el agua representa aproximadamente el 70% de la masa corporal, mientras que a partir de los 65 años puede disminuir hasta el 50%.

Esta perdida se supone que es debida principalmente a la disminución de agua intracelular en todos los tejidos del organismo, así como a la alteración de la función renal, con una menor capacidad renal para concentrar la orina (es decir, una menor capacidad para ahorrar agua corporal). Una de las principales consecuencias de estos hechos es la facilidad de las personas mayores para deshidratarse, cosa que empeora al estar disminuida la sensación de sed.

Con respecto a la grasa hay un aumento de la misma que es proporcional a la disminución de la masa muscular. La grasa se distribuye de forma diferente a como lo hace en las personas jóvenes, con predominio en el tronco así como a nivel intraabdominal (alrededor de las vísceras) y disminuyendo en las extremidades. Como consecuencia puede haber problemas en el mantenimiento de la temperatura corporal y una alteración en el metabolismo de muchos fármacos.

Via mapfre.com

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