Envejecer es parte de nuestra naturaleza y por eso es un tema que resulta de gran interés; sobre todo para aclarar los mitos en torno al proceso de envejecimiento.
Partamos de que “envejecer no es sinónimo de enfermar”. Administrativamente se dice que cuando uno se jubila o cuando supera los 65 años, es viejo. Ojalá entendiéramos todos que envejecer es nada más cambiar. Si lo contempláramos así, no habría tanto miedo a ser una persona mayor, ni a ser tratado como tal.
Es raro que las personas estemos más jóvenes de la edad que tenemos; pero no hay por qué estar más deteriorado que lo que implican los años.
Los cambios de envejecimiento estrictamente fisiológicos cada vez son más tardíos, hoy podríamos situarlos en torno a los 80.
La edad no justifica los achaques, no deriva necesariamente en perder memoria, ni en tener dolores, ni en quedarse ciego o sordo.
Orgullosos de envejecer
¿Por qué para algunas personas resulta triste hablar de esta etapa de la vida, cuando solo llegar a ella debiera ser motivo de alegría?
Ser una persona mayor es un logro personal, y es un motivo para sentirse orgullosa.
De hecho, cuando la gente es muy mayor presume de años, y antes de quitárselos, se los suma. Pero es que, además, poder contar con un sector amplio de gente mayor es un triunfo social: el envejecimiento de un país es consecuencia de su progreso, y en ningún caso debe presentarse como una carga o problema.
¿Se siente usted tan bien ahora como se sentía a los 40 años de edad? ¿A los 50 años de edad?
Si la respuesta es no, se debe probablemente a que no ha habido, ni previamente, ni durante, ningún factor protector, sino que ha dejado que se vaya desestructurando, contaminando, degenerando y a partir de un determinado momento el cuerpo responde con la enfermedad. Al envejecer, las necesidades del cuerpo cambian, pero una cosa se mantiene igual: la importancia de un estilo de vida saludable. Elegir buenos alimentos, realizar ejercicio en forma moderada, dormir bien y realizarte terapias alternativas naturales para mantener tu vitalidad son todos hábitos de salud que pueden mantenerte saludable de por vida.
Acupuntura preventiva
No se puede hablar de longevidad sin nombrar la acupuntura milenaria, terapia milenaria de origen chino, que estimula pequeños puntos en la piel a través del uso de agujas, ventosas y moxas.
La acupuntura es un tratamiento preventivo y curativo, que forma parte de la Medicina Tradicional China, la cual trata al organismo como un todo indivisible.
Como técnica curativa, promueve la liberación de endorfinas que son sustancias que equilibran el organismo y, fisiológicamente, actúan directamente sobre las hormonas curando y previniendo enfermedades.
Mediante el tratamiento con acupuntura se reequilibra la energía vital, se desbloquean los centros que obstruyen la buena circulación energética y se logra contrarrestar el equilibrio del cuerpo, además de tratar los puntos concretos relacionados con el sistema inmunológico.
Si ves que estas enseñanzas son las opuestas a las aplicadas en tu vida cotidiana
¡Enhorabuena! Has encontrado una solución para combatir esos males que asumes como normales con la frase: "¡es la edad, que no perdona!". Quiero pensar que hemos llegado a tiempo para que las pongas en práctica.
Saludables al paso de los años
Hacer ejercicio: Pueden practicar yoga, taichí o alguna otra técnica que les ayude a relajarse y a mantener sus músculos y articulaciones correctamente.
Comer sano: Es muy importante que comamos sano a todas las edades, además, pueden consumir alimentos ricos en antioxidantes, que son de gran ayuda para retardar el envejecimiento tanto físico como cerebral.
Fomentar actividades en conjunto: Los ancianos gozan mucho de ver a su familia unida, de un almuerzo familiar o de una celebración de cumpleaños; eso no solo los anima, sino que también los hace sentir sanos.
Darles su espacio: Es importante que sigamos viviendo como personas útiles en nuestra casa y que encuentren una actividad acorde a sus capacidades.
Tomar té e infusiones sanas: El consumo de té ayuda a evitar la inflamación, es bueno para el corazón, la presión arterial y el colesterol.
Via elnuevodiario.com.ni
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