Las mujeres, las personas mayores de 62 años, los consumidores moderados de alcohol y quienes realizan ejercicio físico presentan una mayor adherencia a la dieta mediterránea de acuerdo con los datos publicados en un artículo de la revista científica Journal of the American Dietetic Association. Por el contrario, ser varón y obeso son los factores que se relacionan con una alimentación más alejada de los parámetros que se consideran saludables.
«Desde el punto de vista clínico, estos resultados son importantes porque nos permiten conocer el perfil y las características de los sujetos que peor patrón alimentario tienen y, por lo tanto, en los que habría que realizar una intervención nutricional en el aspecto preventivo», ha explicado a DiCYT María del Carmen Patino Alonso, de la Universidad de Salamanca y miembro del grupo de investigación del Centro de Salud La Alamedilla, que es la autora principal del artículo. Una de las conclusiones más significativas es que las personas mayores de 62 años «tienen más del doble de posibilidades de cumplir la dieta mediterránea».
Los investigadores consideran que este dato indica que a mayor edad, las personas se preocupan más por su salud. «Tienen en cuenta sobre todo lo que no tienen que comer», afirma Carmen Patino. Ser mujer es otro de los grandes factores que se vinculan a la alimentación saludable, aunque las diferencias con el hombre se difuminan en las generaciones más jóvenes.
El estudio no explora las razones, pero sus autores creen que puede depender del estilo de vida, ya que los jóvenes de ambos sexos están más ocupados con el trabajo o los estudios y son más tendentes a consumir comida precocinada, por ejemplo. Refuerza esta idea la comparación con otro estudio realizado en Marruecos, en el que las mujeres jóvenes eran el sector de la población que más cumplía la dieta mediterránea. El hecho de que las mujeres marroquíes habitualmente realizan su vida dentro del hogar parece determinante para que dediquen más tiempo a una buena alimentación.
Ejercicio físico
Otro dato interesante del estudio español es que las personas que realizan ejercicio tienen 1'6 veces más probabilidades de cumplir la dieta mediterránea. Este hecho podría indicar que la preocupación por la alimentación también está asociada a otros estilos de vida saludables. Asimismo, las que consumen alcohol de forma moderada cumplen en mayor medida con esta alimentación saludable, frente a los abstemios y a los que beben mucho.
Por el contrario, los pacientes obesos cumplen la dieta mediterránea la mitad menos que la media. «Parece que entran en una dinámica de abandono, en la que no hacen ejercicio y no cumplen las recomendaciones nutricionales y esto, a su vez, hace que el problema de la obesidad se agrave», señala José Ignacio Recio Rodríguez, investigador de La Alamedilla.
Los resultados que se reflejan en este artículo forman parte del amplio estudio EVIDENT, que ha estudiado diversos aspectos de la salud de pacientes de Atención Primaria de Salamanca, Valladolid, Barcelona, Cuenca, Bilbao y Zaragoza que tenían entre 20 y 80 años sin patologías graves. En este caso, se han incluido 1.553 sujetos, una amplísima muestra que permite sacar conclusiones muy fiables. La base de la investigación ha sido un cuestionario de 14 ítems acerca de la alimentación de cada uno de los participantes.
Un cuestionario evalúa aspectos positivos como el uso de aceite de oliva en la cocina y el consumo de diversos productos de la dieta mediterránea: vegetales y hortalizas, frutas, legumbres, pescado, vino tinto, frutos secos y salsa de tomate casera. Otro valoralos aspectos negativos, como el consumo de carne roja, grasas animales, bebidas ricas en azúcares y repostería comercial. Para considerar que una persona tiene una alimentación saludable debe llegar a 9 ítems correctos, ya sea por consumir los nutrientes saludables o por evitar los que no lo son. Existe un gran consenso científico acerca de los beneficios que tiene para la salud la dieta mediterránea tradicional, especialmente en la prevención de enfermedades cardiovasculares. Por eso, tiene una gran importancia conocer los hábitos alimenticios de la población y tratar de mejorarlos como medida de prevención.
Via abc.es
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