Representa la quinta causa de muerte en personas mayores a los 65 años.
El Alzheimer es un tipo de demencia que involucra un daño progresivo en las células del cerebro (llamadas neuronas). Esta se caracteriza por una pérdida en la memoria y en las habilidades intelectuales que causan, tarde o temprano, una interferencia en las actividades cotidianas de los individuos que la padecen. A diferencia de lo que creen muchas personas, esta no es una enfermedad normal del envejecimiento pero si afecta en mayor cantidad al adulto mayor. Lejos de ser una enfermedad poco común, según la Organización del Alzheimer, esta representa la quinta causa de muerte en personas mayores a los 65 años,diagnosticándose un caso nuevo cada 69 segundos. Asimismo dos tercios del total de los diagnósticos son del sexo femenino.
La causa específica del Alzheimer todavía no está clara; ésta es una enfermedad degenerativa que depende de una serie de reacciones muy complejas entre la genética y los factores de riesgo, variando así de persona a persona. Gracias a diversos estudios, se han descubierto diferentes asociaciones y factores de riesgo que incrementan o por el contrario protegen el desarrollo de esta enfermedad. Dentro de los factores de riesgo no modificables (aquellos que no dependen de nosotros) se encuentran la edad, el sexo y la genética. Aquellos factores que si son modificables y que dependen del estilo de vida de cada persona, se pueden mencionar:
1. Trastornos cardiovasculares: Los últimos estudios describen una fuerte asociación entre la salud del cerebro y la salud del corazón. El 20% del total de los nutrientes y oxígeno que corre en la sangre, van directamente a nutrir el cerebro. Así, un daño en el corazón y en los vasos sanguíneos parece tener una fuerte asociación con el desarrollo de esta enfermedad. Este daño puede ser provocado en condiciones como la hipertensión arterial, enfermedades cardiacas, infarto, diabetes y en personas con colesterol alto.
2. Diabetes: Investigadores han sugerido que un exceso persistente en el azúcar en la sangre (condición conocida como hiperglicemia) debida a una diabetes mal controlada puede provocarle daños severos al cerebro, aumentando así el riesgo de sufrir Alzheimer.
3. Envejecimiento deteriorado: Las nuevas evidencias apuntan a que aquellas personas que han mantenido un estilo de vida poco saludable en general, tienen un mayor riesgo de desarrollar Alzheimer y sus enfermedades asociadas. Una buena salud en general va a mantener un cuerpo y una mente sana.
Prevención del Alzheimer
Con respecto a la prevención del desarrollo de esta enfermedad, es necesario mantener bajo control los factores de riesgo, de esta manera se le recomienda que:
Con el fin de prevenir los trastornos cardiovasculares:
Mantenga un peso saludable a través de toda su vida. El sobrepeso u obesidad es uno de los factores de riego más fuertes que influyen en la salud del sistema cardiovascular.
Consuma cantidades mínimas de sal y productos altos en sodio (como productos empaquetados, condimentos artificiales, sopas deshidratadas). Elija los condimentos naturales como las hierbas frescas, limón y aceite de oliva crudo; prefiera sopas hechas en casas, alimentos frescos y en caso de consumir los enlatados enjuáguelos siempre antes de consumirlos para eliminar un poco de sodio.
En caso que tenga el colesterol alto, limite el consumo de grasas saturadas (origen animal) tales como la mantequilla, queso crema, natilla y carnes grasosas. Prefiera la versión baja en grasa de estos productos, consuma proteína magra como pechuga de pollo, pavo, pescado, atún, claras de huevo, res baja en grasa y lácteos descremados. Asimismo consulte con un cardiólogo si necesita intervención farmacológica.
Mantenga una dieta rica en alimentos cardio-protectores tales como alimentos fuentes de Omega 3, grasas insaturadas, frutas y vegetales, granos enteros y cereales integrales.
Debido a un estudio realizado por el Instituto para la Investigación del Alzheimer y del Envejecimiento del Cerebro, muchos especialistas recomiendan la dieta mediterránea. Este estudio demostró que seguir este tipo de dieta por un periodo prolongado se asoció con una reducción en el riesgo de esta enfermedad. Esta dieta se basa en el alto consumo de alimentos cardio-protectores.
Realice ejercicio físico todos los días con el fin de mantener su corazón lo más sano posible. Existe evidencia que sugiere que el ejercicio puede aumentar el flujo sanguíneo, beneficiando así el suministro de oxígeno y nutrientes a las neuronas.
Con respecto al metabolismo del azúcar en la sangre (control glicémico):
Consuma menos cantidad de carbohidratos refinados (altos en azúcar) y prefiera aquellos que son fuente de fibra o de origen integral. Si es diabético, mantenga un adecuado control glicémico a lo largo de su vida.
Además se le recomienda realizar ejercicios para desarrollar y estimular al cerebro, mantenerse socialmente activo y como parte de un estilo de vida saludable, no fumar.
A pesar de que no existe una fórmula mágica para prevenir esta enfermedad, está en sus manos mantener un estilo de vida saludable, así tendrá un mejor estado de salud en general, desarrollando así un corazón y una mente más sana.
Por: Dra. María Pía Segovia, Nutricionista
Via contigosalud.com
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