La tercera edad es una etapa que puede estar llena de gratificaciones, siempre que la salud acompañe... Te contamos cómo cuidar tu mente y tu cuerpo para disfrutarla al máximo.
Un proverbio chino dice que la familia que tiene un anciano tiene una joya. Por eso, en este país de cultura milenaria cuando se le pregunta la edad a un anciano se hace una reverencia y se le dice: “¿Cuál es tu gloriosa edad?”. A toda edad le ponen el adjetivo de “gloriosa” porque, en su filosofía, si eres joven te queda mucho por vivir; y si eres más mayor –más de 50 años– ya empiezas a merecer la gloria; pero no por lo que has vivido sino por lo que eres capaz de enseñar.
A partir de los 65 la mujer se abandona
Se sabe que la mujer española entre los 45 y los 65 años tiene menos discapacidades que el resto de las europeas. Es decir, goza de mejor salud. Sin embargo, a partir de los 65 años la situación cambia y las españolas superan al resto de Europa en problemas sanitarios que conllevan algún grado de discapacidad. ¿Por qué? Sólo cabe una respuesta: alcanzada la salud en la edad media de la vida, la mujer se abandona y no hace una prevención correcta de la etapa siguiente y de los problemas que previsiblemente van a presentarse con los años.
El optimismo que le da verse con salud le hace olvidar normas preventivas fundamentales. Y son tres los problemas principales que le surgen en ese abandono de la salud: la hipertensión, la tasa alta de colesterol y la obesidad.
Tenemos una de las esperanzas de vida más altas del mundo (sólo superada por la mujer japonesa) y es una incongruencia que se vayan a vivir los últimos años llenos de problemas por no hacer la prevención adecuada; de ahí, la importancia de cuidarse.
Gimnasia para el cerebro
Tenemos asumida la idea de que las facultades mentales se pierden a la vez que vamos perdiendo las físicas. Y no es así. Mucha gente cuida su cuerpo y hace deporte para mantenerse en forma a pesar de los años, pero ¿qué hacemos para mantener ágil el cerebro? Prácticamente nada.
El ejercicio cerebral es el mejor seguro para que éste funcione correctamente porque si las neuronas no se estimulan, no se activan, se deterioran. El cerebro es una batería que se desgasta si no se utiliza. Es como el músculo del deportista: mientras lo ejercita, todo va bien. Si deja el entrenamiento, enseguida pierde la forma. Recuérdalo: cuanto menos le pedimos al cerebro menos nos dará.
Dueños del tiempo
Estamos acostumbrados a identificar vejez con nostalgia, con una mirada depresiva de soledad y aislamiento. Y no tiene por qué ser así. La vejez debe tener un tinte optimista. Y lo tiene si la miramos con otros ojos y no estamos añorando continuamente la juventud.
Cuando somos jóvenes no somos conscientes y el más mínimo problema es un mundo (aunque luego añoremos esa etapa). En la madurez estamos agobiados por otros problemas, normalmente por nuestros hijos o padres.
Es en la vejez cuando somos nosotros los que nos adueñamos del tiempo y ese es un logro importante. Por eso hay que formarse para aprovechar ese tiempo. Nunca es tarde para emprender cosas nuevas. Sólo se es viejo cuando se pierde la ilusión.
Cómo debe ser la dieta
Es importante estar bien nutridos porque en esta etapa las necesidades básicas no decrecen.
● Evitar la monotonía. Uno de los peligros de la dieta del mayor es su monotonía. Come sólo lo que le gusta o aquello que le resulta fácil de preparar.
● Hidratarse. El anciano bebe poco. Bebe menos agua de la que necesita, porque con la edad se va perdiendo la sensación de sed y en muchos casos, además, se asocia el agua con frío.
● Sopas de segundo. El anciano suele iniciar su comida con un caldo. Según muchos expertos, lo ideal sería invertir el orden y tomar la sopa al final porque, salvo que sea una sopa grasa, tiene pocos nutrientes pero puede quitar el apetito.
● Masticar bien. Recuerda que lo que no haga la dentadura debe hacerlo el aparato digestivo. Mastica muy despacio.
●Mucha fibra. La dieta debe ser fácil de preparar, estimulante, variada y de fácil masticación y digestión. Conviene repartirla en cuatro o cinco comidas ligeras. Debe incluir pan integral, frutas con fibra y, si es posible salvado de trigo, contra el estreñimiento.
Via diezminutos.es
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