La pérdida de la audición en la tercera edad también es conocida como Presbiacusia y afecta aproximadamente al 25% de las personas mayores de 65 años. No obstante, en la población de octagenarios este porcentaje crece hasta el 75%. La presbiacusia es incurable pero no intratable; para la gran mayoría se resuelve con la ayuda técnica apropiada.
La sordera es la deficiencia sensorial más frecuente. Se manifiesta en el envejecimiento afectando especialmente la percepción de los sonidos de alta frecuencia, lo cual en una conversación cotidiana está expresado usualmente en el sonido de las vocales.
La causa de la sordera en mayores es principalmente la pérdida de células receptoras de los sonidos (células ciliadas en el oído). Los factores hereditarios y la incidencia de enfermedades que afectan la circulación de sangre en el oído como diabetes, hipertensión y otras cardiovasculares contribuyen a la presbiacusia.
Pero la pérdida de audición y sordera en las personas mayores no sólo está condicionada genéticamente o por las causas biológicas del envejecimiento, sino también por el entorno. Por ejemplo, en las sociedades industrializadas es común estar expuesto a altos decibeles que pueden afectar el oído interno y tímpano. Las consecuencias de la baja audición no son sólo físicas sino también emocionales y sociales. Un anciano que no haya identificado su presbiacucia o que la niegue, tenderá a mostrarse más indiferente hacia su mundo exterior, dejará de participar en las conversaciones y perderá contacto con familiares y amigos. Los siguientes son una lista de los síntomas más comunes.
Si usted cree que cumple con los siguientes puntos es hora de consultar un otorrinolaringólogo. Observe y saque sus propias conclusiones:
Tendencia a hablar más fuerte
Tendencia a subir el volumen de la radio y el televisor
Cree que usualmente la gente habla en voz baja casi murmurando
Dificultad para seguir las conversaciones cuando hay dos personas o más
Dificultad para seguir las conversaciones por teléfono
No escucha el timbre, ni los pájaros cantar, ni el móvil, ni el agua corriendo.
Zumbidos en los oídos.
Si la pérdida de audición es de causa neurosensorial, la amplificación de la audición con ayudas auditivas ha avanzado mucho y es posible encontrar productos para la sordera que se adapten a su condición. Por otra parte, si la pérdida de audición se debe a una otitis con derrame o a una incisión en la membrana tímpanica, la limpieza del conducto recupera la audición de manera rápida. A menudo las pequeñas perforaciones del tímpano se cierran de forma natural, no obstante las perforaciones mayores requieren de una cirugía que restituya la membrana. Otras causas de pérdida de audición como las masas quísticas en el oído medio o la esclerosis ósea de la cápsula ótica requieren procedimientos quirúrgicos especializados, a menudo exiotsos.
Mejorar la audición mejora la calidad de vida, el desempeño social y el estado de depresión de los pacientes. Por otra parte, su prevención, como en la mayoría de los casos, está asociada a los hábitos de vida, ejercicio y una alimentación correcta, rica en vegetales y baja en grasas.
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