“Bailando no se consigue absolutamente nada”. Es la opinión que comparten muchos de los usuarios que acuden asiduamente al gimnasio y observan las distintas actividades grupales desde la distancia. Más que tratarse de un pasatiempos para escapar de la rutina y pasar un rato distendido, el baile representa una fuente de beneficios para el cuerpo. Al contrario que otros ejercicios que favorecen la movilidad de los mayores, se percibe como una actividad de carácter lúdico y no como una obligación.
Levanta el ánimo y permite engrasar las piernas al ritmo de la música. Para las personas de avanzada edad, bailar es una actividad tan completa como estimulante.
Entre las numerosas ventajas del baile, destacan el trabajo del equilibrio y la coordinación, la movilidad de las extremidades superiores e inferiores y la afectividad. Como normalmente se realiza en grupos, los mayores tienen una mayor disposición para practicarlo.
Este no es el único ejercicio que puede ayudarles a prevenir y tratar síndromes geriátricos como la inmovilidad, las caídas y la incontinencia urinaria. Para mejorar el estado de las articulaciones y que estén más ágiles y flexibles, los fisioterapeutas recomiendan pasear a diario una media hora seguida. Es aconsejable caminar a buena marcha por superficies lisas, e incluso, siempre que se pueda, subir y bajar cuestas y escaleras.
Dependiendo del estado físico del paciente, se pueden realizar movilizaciones autónomas de las distintas partes del cuerpo, con y sin resistencia, con el objetivo de aumentar la fuerza muscular. Además de la fortaleza de los músculos y el equilibrio, también es conveniente mejorar la resistencia, trabajando aspectos cardiovasculares y respiratorios, y la elasticidad. Esta última va a permitir que las personas mayores puedan desempeñar la tareas diarias con menos dificultades.
Via muyenforma.com
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