Este refrán popular que, como la mayoría de ellos rezuma sabiduría y consejo, se complementa con este otro: “Canicie, calvicie y dientes (falta de), son accidentes; pero si arrastra los piés, vejez es”. Hay que cuidar y mimar los piés, sobre todo cuando uno se va haciendo mayor.
Y hay que moverlos porque, como dicen los árabes, “el que mueve los pies, mueve el corazón” y podríamos añadir que al mismo tiempo y , sin apenas darse cuenta, evita y previene las enfermedades cardiovasculares.
Por eso nos encanta comprobar cómo en Badajoz han lanzado las autoridades un programa de podología dirigido al cuidado de los piés de las personas mayores de esta provincia extremeña.
Porque sucede con bastante frecuencia que por problemas típicos que padecen muchas personas mayores en sus piés y especialmente las mujeres de edad (juanetes pronunciados, uñas deformadas, callos dolorosos, dedos en martillo o desvíados, etc.), muchos ancianos “solucionan el problema” calzándose las “zapatillas de andar por casa” y todos tan contentos… Y, como les duelen los piés al caminar, se quedan en casita tan contentos, sin saber que ese aislamiento y soledad, esa quietud y pasividad, ese aburrimiento que conlleva, les perjudica a la salud integral y puede acelerar el propio proceso de envejecimiento.
Fuente: demayores.com
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