La catarata es un enturbiamiento u opacidad progresiva en el cristalino transparente. Cuando alcanza cierta magnitud, se dificulta la visión al interferir con el paso ordenado de los rayos de luz que forman la imagen en la retina.

A pesar que las cataratas pueden presentarse a cualquier edad y por distintos factores, la mayoría se desarrolla en la edad adulta, sobre los 65 años, produciendo un deterioro visual progresivo generalmente bilateral.

En la mayoría de los pacientes, la catarata senil aparece como consecuencia de la pérdida de hidratación y una serie de procesos no absolutamente aclarados en la matriz del tejido que la compone.

Se atribuye un rol predisponente a la exposición durante la vida a la luz ultravioleta.
La catarata produce normalmente visión borrosa, esto puede ocurrir preferentemente al mirar de lejos, leer o en presencia de luz intensa.

Otros síntomas son visión repetida de los objetos al mirarlos en forma uniocular; la visión de estrías brillantes emergiendo de las luces en la noche, visión apagada y carente de contrastes y cuando la catarata está muy avanzada, ceguera con conservación de visión de luz y colores.

Una vez establecido el diagnóstico de catarata llamada senil, mediante una exploración oftalmológica completa debe resolverse sobre la conducta a seguir.

Muchas veces, la catarata inicial requerirá solamente de la mejor corrección óptica posible y de controles periódicos. De hecho, la catarata en sus inicios puede manifestarse sólo como miopía, al aumentar el índice de refracción del cristalino.

Cuando la catarata progresa hasta interferir con las actividades normales del paciente y deteriora su calidad de vida, debe considerarse la cirugía, que es la única forma de remover el cristalino opaco y restablecer la visión nítida.

La cirugía de las cataratas puede realizarse a cualquier edad, debido que se practica con anestesia local y de preferencia ambulatoria.
Fuente: blogdefarmacia.com