En la tercera edad, tanto la calidad de los huesos, como la fuerza muscular, la elasticidad, el sistema inmunológico, y la eficacia cardiorrespiratoria, si se mantiene una actividad física periódica, mejoran considerablemente.
El realizar ejercicios en esta etapa de la vida, mejora la memoria, reduce el riesgo de padecer depresión, ansiedad y estrés., está comprobado que el ejercicio físico disminuye el riesgo de contraer cualquier tipo de demencia, que suelen desencadenarse en la vejez, y puede reducir hasta un 40% los riesgos de la edad de padecer enfermedades cardiovasculares.
Por otro lado realizar deportes, mejora la composición corporal y con ello ayuda a mantener los niveles tanto de glucosa como de presión arterial estables, que muchas veces con el correr de los años se desestabilizan producto de una vida sedentaria y mala alimentación.
Con una dieta saludable es la fórmula perfecta para reducir cualquier tipo de patología, sobre todo los enormes riesgos que a avanzada edad, puede llegar a provocar el desarrollo de una diabetes de tipo II.
Para las personas que no poseen grandes resistencias aeróbicas, que precisan que necesitan valerse de ayudas en su vida cotidiana, practicar algún deporte, caminatas, o salir a pasear en bicicleta, mejora su consumo de oxígeno y les hace ganar independencia.
Además realizar deportes, disminuye las cifras de colesterol en sangre y grasas totales del cuerpo.
El deporte, independientemente del que elijas, es una actividad que no importa la edad que se tenga, todos deberíamos practicar.
Fuente: saluddiaria.com
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