Todos los órganos vitales comienzan a perder algo de funcionalidad a medida que uno envejece. Los cambios por el envejecimiento se han encontrado en todas las células, tejidos y órganos del cuerpo y afectan el funcionamiento de todos los sistemas corporales.
El tejido vivo está conformado por células y, aunque existen muchos tipos diferentes de ellas, todas tienen la misma estructura básica. Los tejidos son capas de células similares que cumplen con una función específica. Los diferentes tipos de tejidos se agrupan para formar órganos.
Existen cuatro tipos básicos de tejido:
El tejido conectivo sostiene los otros tejidos y los une. Esto incluye tejido óseo, sanguíneo y linfático, además de los tejidos que brindan soporte y estructura a la piel y a los órganos internos.
El tejido epitelial proporciona cobertura para las capas más profundas del cuerpo. La piel y los revestimientos de los conductos dentro del cuerpo están hechos de tejido epitelial.
Tejido muscular que incluye tres tipos:
Músculos estriados, como los que mueven el esqueleto (llamados también músculos voluntarios).
Músculos lisos (también llamados músculos involuntarios) como los contenidos el estómago y otros órganos internos.
Miocardio, que conforma la mayor parte de la pared del corazón (también un músculo involuntario)
El tejido nervioso está compuesto de células nerviosas (neuronas) y se utiliza para transportar "mensajes" hacia y desde diferentes partes del cuerpo. El cerebro, la médula espinal y los nervios periféricos están compuestos de tejido nervioso.
CAMBIOS POR EL ENVEJECIMIENTO
Las células conforman los pilares fundamentales de los tejidos. Todas las células experimentan cambios a raíz del envejecimiento, se hacen más grandes y poco a poco pierden la capacidad de dividirse y multiplicarse. Entre otros cambios están el incremento en los pigmentos y las sustancias grasas dentro de la célula (lípidos) y muchas células pierden su capacidad funcional o comienzan a funcionar de manera anormal.
Los productos de desecho se acumulan en el tejido con la edad. En muchos tejidos, se acumula un pigmento graso pardo denominado lipofucsina, como lo hacen otras sustancias grasas.
El tejido conectivo cambia volviéndose más inflexible, lo cual hace a los órganos, vasos sanguíneos y vías respiratorias más rígidos. Las membranas celulares cambian, razón por la cual muchos tejidos tienen más dificultad para recibir el oxígeno y los nutrientes y eliminar el dióxido de carbono y los desechos.
Muchos tejidos pierden masa, proceso que se denomina atrofia. Algunos tejidos se vuelven tumorales (nodulares) o más rígidos.
Los órganos también cambian a medida que uno envejece debido a las alteraciones en las células y los tejidos. Los órganos que envejecen pierden su función de manera lenta. La mayoría de las personas no nota esta pérdida, debido a que uno rara vez necesita utilizar los órganos a su máxima capacidad.
Los órganos poseen una capacidad de reserva para funcionar más allá de las necesidades comunes. Por ejemplo, el corazón de una persona de 20 años es capaz de bombear aproximadamente 10 veces la cantidad que realmente necesita para mantener el cuerpo vivo. Después de los 30 años de edad, se pierde en promedio el 1% de esta reserva cada año.
Los cambios más significativos en la reserva orgánica se dan en el corazón, los pulmones y los riñones. La cantidad de reserva perdida varía entre personas y entre diferentes órganos de la misma persona.
Estos cambios aparecen lentamente y a lo largo de un período de tiempo prolongado. Cuando se somete un órgano a un trabajo más arduo que de costumbre, éste puede ser incapaz de incrementar su función, situación que puede llevar a una insuficiencia cardíaca súbita u otros problemas. Los factores que producen una carga de trabajo extra (estresores corporales) comprenden los siguientes:
Enfermedades
Medicamentos
Cambios de vida significativos
Aumento súbito de las demandas físicas sobre el cuerpo, como
un cambio abrupto de actividad
exposición a una altitud superior
La pérdida de la reserva también hace más difícil restaurar el balance (equilibrio) corporal. Las drogas se eliminan del cuerpo a una velocidad más lenta. Se pueden necesitar dosis más bajas de medicamentos y los efectos secundarios se tornan más comunes.
Los efectos secundarios de los medicamentos pueden parecerse a los síntomas de muchas enfermedades, por lo que es fácil confundir una reacción a un medicamento con una enfermedad. Algunos medicamentos tienen efectos secundarios totalmente diferentes en las personas de edad avanzada que en las personas más jóvenes.
TEORÍA DEL ENVEJECIMIENTO
Nadie sabe realmente cómo y por qué las personas cambian a medida que envejecen. Algunas teorías afirman que el envejecimiento es causado por lesiones de luz ultravioleta con el tiempo, por el desgaste y deterioro corporal o por subproductos del metabolismo. Otras teorías plantean el envejecimiento como un proceso predeterminado controlado por los genes.
Sin embargo, ningún proceso puede explicar todos los cambios del envejecimiento. El envejecimiento es un proceso complejo que varía en la forma como afecta a diferentes personas e incluso a diferentes órganos. La mayoría de los gerontólogos (personas que estudian el envejecimiento) cree que el envejecimiento se debe a la interacción de muchas influencias a lo largo de la vida. Entre estas influencias se encuentran la herencia, el ambiente, la cultura, la alimentación, el ejercicio, la diversión, las enfermedades previas y muchos otros factores.
A diferencia de los cambios de la adolescencia, que son predecibles hasta dentro de unos pocos años, cada persona envejece a una tasa única. Algunos sistemas comienzan a envejecer incluso ya a los 30 años, mientras que otros procesos de envejecimiento no son comunes hasta mucho después en la vida.
Aunque algunos cambios siempre ocurren con el envejecimiento, se presentan en diferentes tasas y magnitudes. No hay una manera de predecir con exactitud cómo envejecerá uno.
TÉRMINOS
ATROFIA
Las células se encogen. Si una cantidad suficiente de células disminuye su tamaño, todo el órgano se atrofia. Éste es, con frecuencia, un cambio normal por envejecimiento que se puede presentar en cualquier tejido. Es más común en el músculo esquelético, el corazón, el cerebro y los órganos sexuales (como las mamas).
Se desconoce la causa de la atrofia, pero puede incluirse la reducción del uso, la reducción de la carga de trabajo, la reducción del suministro de sangre o nutrición de las células y la disminución de la estimulación nerviosa u hormonal.
HIPERTROFIA
Las células se agrandan. Esto es causado por un aumento de las proteínas en las paredes y estructuras celulares y no es un aumento del líquido celular.
Cuando algunas células se atrofian, otras pueden hipertrofiarse para compensar la pérdida de masa celular.
HIPERPLASIA
Aumenta el número de células y hay un incremento en la velocidad de la división celular.
La hiperplasia se presenta generalmente para compensar la pérdida de células y permite que algunos órganos y tejidos se regeneren, entre ellos, la piel, el revestimiento de los intestinos, el hígado y la médula ósea. El hígado es especialmente bueno en la regeneración, ya que puede reemplazar hasta el 70% de su estructura en cuestión de dos semanas después de una lesión.
Los tejidos que tienen una capacidad limitada de regeneración incluyen el hueso, cartílago y músculo liso (como los músculos que rodean los intestinos). Los tejidos que rara vez o nunca se regeneran incluyen los nervios, el músculo esquelético, el miocardio y el cristalino del ojo. Cuando se lesionan, estos tejidos son reemplazados con tejido cicatricial.
DISPLASIA
El tamaño, forma u organización de las células maduras se hace anormal; esto también se denomina hiperplasia atípica.
La displasia es común en las células del cuello uterino y el recubrimiento del tracto respiratorio.
NEOPLASIA
Formación de tumores ya sea cancerosos (malignos) o no cancerosos (benignos).
Las células neoplásicas se reproducen rápidamente, pueden tener formas poco comunes y funcionamiento anormal.
Fuente: nlm.nih.gov
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