La prevención del calor es algo vital para la salud de las personas mayores ya que los golpes de calor pueden alterar todo el organismo y provocar problemas serios.
En verano las personas mayores aprovechan el buen tiempo para realizar más actividades al aire libre, acudir a la piscina y a la playa, pasar más tiempo con sus familiares... pero no podemos olvidar que en esta época es cuando hace más calor.
Las principales consecuencias de las elevadas temperaturas en las personas mayores son que pueden sufrir calambres, agotamiento y, el problema más grave, golpes de calor. El golpe de calor se produce como consecuencia de la exposición a temperaturas ambientales elevadas y, por tanto, la temperatura central del cuerpo se eleva y los mecanismos de defensa resultan inadecuados.
Las personas que padezcan problemas de salud, como por ejemplo, presión arterial alta o enfermedades cardiacas, pulmonares o de riñón, tienen más riesgo de sufrir esta dolencia.
La prevención del calor es algo vital para la salud y para la seguridad de las personas mayores, ya que los golpes de calor pueden alterar todo el organismo y provocar problemas serios. Para ello hay que tratar de pasar las horas más calurosas del día en un lugar fresco, usar ropa con tejidos naturales como el algodón y estar constantemente bebiendo agua e ingiriendo líquidos ya que la hidratación es fundamental en nuestros mayores.
Cuando un mayor padezca un golpe de calor sufrirá dolor de cabeza, sensación de fatiga y sed intensa, calambres musculares o sudoración abundante. Lo primero que hay que hacer es intentar bajarle la temperatura corporal con paños fríos o bolsas de hielo sobre la cabeza y si el problema empeora es fundamental recibir asistencia médica.
Fuente sabervivir.es
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