Si descubre que pierde centímetros de estatura a medida que cumple años, la causa puede ser microfracturas de los huesos vertebrales, las cuales se deben a descalcificación de los huesos. Sepa cómo prevenirlas y tratarlas para evitar lesiones discapacitantes.
El deterioro de los huesos vertebrales pasa muchas veces inadvertido, ya que ocurre muy lentamente y, por lo general, no provoca síntomas. Asimismo, cuando éstos aparecen se atribuyen a la edad, a una caída o a un mal movimiento, siendo que en realidad se deben a que los huesos, con los años, van perdiendo masa ósea, de modo que se vuelven quebradizos y frágiles.
La osteoporosis (disminución de la masa ósea y de su resistencia) es la principal causa de este problema, y son las mujeres de edad avanzada las más perjudicadas, ya que con la menopausia cesa la producción de hormonas (estrógenos) que protegen de la pérdida de minerales en los huesos antes de esa etapa. Las cifras no mienten: los hombres tienen cuatro veces menos riesgo de sufrir deterioro óseo.
Cabe recordar que, como todo tejido, los huesos se generan y regeneran todo el tiempo, ya que además de ser el soporte estructural del cuerpo son también fuente de minerales que intervienen en diversos procesos. La osteoporosis se produce cuando el calcio que se pierde en el sistema óseo no se restituye con la velocidad requerida, por lo que se debilita y aumenta la posibilidad de sufrir lesiones. Se calcula que 1 de cada 2 mujeres de más de 60 años padece este problema y que 1 de cada 4 tiene alguna fractura vertebral y puede no saberlo.
Las fracturas vertebrales suelen producirse aproximadamente a los 65 años, y muchas veces aparecen después de mínimo esfuerzo, como levantar un objeto no muy pesado o toser y estornudar enérgicamente, causando intenso dolor en la región correspondiente de la columna vertebral, con limitación de sus movimientos, aunque en otras ocasiones las vértebras se van hundiendo poco a poco y puede no aparecer dolor.
La repetición de microfracturas vertebrales da lugar a pérdida de estatura y a una deformidad característica de la espalda, con aparición de una joroba (cifosis) más o menos notable. Esta modificación causa muchos de los dolores de espalda en las mujeres incluso antes de la menopausia, pero en la gran mayoría de los casos el problema se detecta a través de radiografías cuando ya se ha perdido 25% de masa ósea.
Reducir riesgos con nuevas costumbres
A través de estudios se ha observado que hay grupos humanos que por factores individuales tienen mayor riesgo de sufrir debilidad en huesos:
Mujeres, ya que padecen osteoporosis con cuatro veces más frecuencia que los hombres.
Gente de edad avanzada, pues la pérdida de masa ósea aumenta con la edad.
Individuos de raza blanca, por predisposición genética.
Personas de constitución delgada y poca masa muscular.
Asimismo, diversas observaciones médicas han llegado a la conclusión de que la cantidad de masa ósea de una persona va aumentando desde el nacimiento hasta alcanzar un máximo valor, llamado "pico de masa ósea", que se sitúa entre los 30 y 35 años; a partir de ese momento los huesos comienzan a vivir de las cantidades de calcio de que disponen, por lo que el mejor tratamiento de las fracturas vertebrales causadas por la osteoporosis es la prevención.
Si bien los factores individuales ya citados no son modificables (edad, raza y sexo), puede adoptarse una serie de medidas encaminadas a cambiar estilos de vida nocivos a edades tempranas, de ser posible desde la infancia:
Mantener una dieta balanceada. No sólo se debe procurar el consumo adecuado de calcio, sino también de vitamina D, ya que esta sustancia ayuda a la absorción intestinal y fijación en los huesos de dicho mineral. Por ello, se recomienda consumir leche y sus derivados (yogurt, queso, mantequilla, crema), hígado, huevo, aceite de hígado de pescado, sardina, salmón, atún y levadura. En edades avanzadas se puede recurrir a suplementos alimenticios que ayudan a reducir el riesgo de sufrir fracturas.
Eliminar hábitos nocivos. Se ha observado que tabaquismo, bebidas alcohólicas, café y refrescos de cola disminuyen notablemente la cantidad de minerales de los huesos, lo cual se debe a que sustancias como cafeína y nicotina requieren de calcio y magnesio para ser neutralizadas por el organismo y luego ser desechadas por la orina.
Deporte y movimiento. El ejercicio mantenido y progresivo mejora la fortaleza ósea y disminuye la degeneración muscular (llamada sarcopenia). No es necesario realizar proezas atléticas, por lo que se pueden efectuar actividades sencillas como baile, caminata, natación y práctica de disciplinas marciales suaves como chi kung o tai chi.
Tomar el Sol. Una exposición al "astro rey" por 30 minutos al día ayuda a que en la piel se genere la cantidad de vitamina D necesaria para permitir la absorción intestinal del calcio.
Eliminar obstáculos. Esta medida es especialmente útil para que las personas de la tercera edad prevengan fracturas tras golpes o caídas. Será muy necesario evitar que existan en casa tapetes, superficies resbalosas, mala iluminación y cables de electrodomésticos y juguetes en el piso. También será necesario que el anciano emplee calzado con suela antiderrapante y, de ser necesario, bastón o andadera.
Tratamiento
Además de las medidas ya citadas, es indispensable visitar al geriatra (quien atiende problemas de la tercera edad) o ginecólogo (especialista en enfermedades de la mujer) para que efectúe estudios especializados y obtenga un diagnóstico certero del caso; de esta manera, podrá aconsejar cuál es la actividad física que conviene desarrollar, realizar un plan de dieta e incluso recomendar el uso de medicamentos.
Esto porque algunas mujeres pierden minerales con mayor rapidez, por lo cual se les aconseja el uso de estrógenos, que son compuestos hormonales que al emplearse durante los 5 o 10 primeros años tras la última menstruación, evitan el marcado deterioro de los huesos.
Otra sustancia de naturaleza hormonal que se emplea es la calcitonina, la cual "paraliza" a las células responsables de la desmineralización, que son los osteoclastos. No está por demás remarcar que el empleo de estos dos medicamentos debe efectuarse bajo control de un especialista.
Por su parte, cuando ya existen microfracturas en las vértebras se recurre a un tratamiento que incluye reposo absoluto en cama, el uso de medicamentos para aliviar el dolor (si es que existe), relajación de los músculos de la espalda y la aplicación de calor local.
En ocasiones puede ser necesario el uso de un corsé para inmovilizar la zona fracturada, pero únicamente durante el periodo agudo de máximo dolor. Después se recomiendan ejercicios de rehabilitación para incrementar la resistencia muscular durante al menos seis semanas.
Por último, sólo resta enfatizar que la prevención es indispensable para atender este tipo de padecimientos, y que de llegar a registrarse pérdida de estatura con el paso del tiempo se debe recurrir inmediatamente al especialista para que evalúe el caso. Más vale anticiparse a los problemas y prevenir dificultades mayores, ¿no cree?
Fuente saludymedicinas.
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