Existen diferentes etapas a lo largo de la vida que se suceden de forma constante hasta llegar a la vejez.
Una época que en cierto modo resulta difícil puesto que muchos mayores sufren ciertos achaques como consecuencia de la edad. Sin embargo, la esperanza de vida crece y aumenta gracias a la investigación médica, por ello, cualquier ciudadano puede disfrutar todavía de muchos años de una calidad de vida excelente tras haberse jubilado.
Una de las mayores preocupaciones de cualquier anciano remite a la pérdida de memoria. Sencillamente porque el conocimiento es una de las facultades más importantes del ser humano que fomenta la autonomía y la independencia. Es decir, tener buena memoria implica poder hacer frente a la rutina diaria con total normalidad y atender los compromisos sociales y domésticos con naturalidad.
Pero a veces, suele suceder que los despistes se producen con más frecuencia de la habitual en una persona. En este caso, conviene atender estos pequeños despistes puesto que pueden ser la señal de alarma ante una enfermedad que hoy día afecta a muchos mayores: el alzheimer.
Del mismo modo, la familia del anciano también debe de estar atenta, observar de forma regular su comportamiento para comprobar que su memoria se encuentra en perfecto estado. La pérdida de memoria se suele producir de forma progresiva. Por ello, mejor afrontar el problema a tiempo. En otras ocasiones, la pérdida de memoria no significa nada más que el simple hecho de que tal vez, el anciano presta poca atención a las cosas o tiene grandes preocupaciones que le impiden atender la realidad de forma adecuada.
Para prevenir la pérdida de memoria conviene mantener una vida activa, en contacto con actividades intelectuales o también, en contacto con las relaciones sociales puesto que uno de los peores castigos de la vejez es la soledad. ¿Qué opinas sobre esta cuestión?
Fuente: blogdefarmacia.com
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