La vejez es una etapa de la vida tan plena como cualquier otra pero está claro que la edad también implica unos cuidados añadidos para poder mantener el bienestar. Lo cierto es que hoy día, tras la jubilación, cualquier persona puede disfrutar de una calidad de vida excelente durante muchos años. Es decir, puede aprovechar el tiempo de descanso para realizar todos aquellos planes y cumplir aquellos sueños que no pudo cumplir durante los años de vida laboral. Pero existe un hábito especialmente pernicioso en la vejez: el sedentarismo.
La falta de actividad física favorece el envejecimiento y la falta de agilidad. Por ello, para fomentar la flexibilidad y la agilidad, precisamente, es esencial llevar una vida activa y evitar la pereza. Es decir, nada mejor que dar un paseo diario. Puedes tener el hábito de dar un paseo siempre a la misma hora ya que así te acostumbrarás mejor y adoptarás el compromiso serio de vivir en contacto con el deporte.
Pero además, también existen otras actividades excelentes en la tercera edad. Por ejemplo, el yoga es una actividad tranquila que aporta bienestar físico y también emocional. Del mismo modo, algunas personas mayores practican natación con regularidad.
Hacer deporte es importante al igual que lo es ejercitar la mente. En última instancia, cualquier órgano del cuerpo se acomoda ante la falta de ejercicio. Por el contrario, el organismo responde de forma positiva ante la actividad, por ello, cualquier anciano debe de cuidarse a sí mismo de una forma más positiva ante los efectos de una avanzada edad ya que nadie puede evitar al cien por cien las consecuencias del envejecimiento. Por ejemplo, es normal que una persona mayor se canse antes que una persona joven cuando da un paseo. Por ello, el descanso tras el ejercicio se convierte en uno de los momentos más placenteros del día.
Fuente: blogdefarmacia.com
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