Consejos para elegir la residencia de ancianos

viernes, 11 de marzo de 2011 · Posted in

Buena parte de las personas entradas en años, por una razón o por otra, se ve obligada a permanecer en una residencia de ancianos durante largas temporadas o bien de forma definitiva.

Muchas veces es decisión de los familiares directos del paciente la elección de una residencia adecuada, pero, ¿sabemos en realidad en qué fijarnos a la hora de elegir uno u otro centro geriátrico? Las siguientes recomendaciones harán más fácil tu decisión:

1. Informarse sobre la calidad y comodidad que brinda el centro.

Lo primero que vamos a valorar son los servicios que ofrece la residencia al anciano, y que a nosotros se nos pueden escapar pero que para una persona de la tercera edad son importantes. Ejemplos como el tacto de las enfermeras, ofrecer la comida sin sal, realizar alguna actividad para salir de la rutina y la opinión de otros pacientes son factores a tener en cuenta.

1. Que se sitúe cerca del domicilio habitual.

Que la casa de los familiares o del propio paciente se encuentre cerca del centro se traduce en una menor opresión de la persona que vive en la residencia. Además del factor psicológico, recordemos que a mayor proximidad de sus familiares, más sensación de seguridad personal tendrá el anciano.

1. Valorar si merece la pena un centro privado o público.

La mayoría de geriátricos siguen siendo de carácter privado en la mayoría de países, y los familiares y el paciente deben valorar si compensa pagar por un centro privado, que en principio dispone de algunos “lujos” adicionales, o bien limitarse a los servicios básicos que ofrece uno de público, que dicho sea de paso, también lleva varios gastos asociados y es más difícil obtener una plaza.

1. “Mejor en residencias no muy grandes”.

Aunque no dudamos de la eficacia del personal de grandes centros, los expertos señalan a las residencias de reducido tamaño (por debajo de las 60 plazas) como las más favorables, dado que el paciente se relaciona más efectivamente no sólo con sus cuidadores, sino también con sus similares.

Seguimos con la serie de consejos a la hora de elegir una residencia de ancianos. Si no has leído la primera parte accede a ella antes de continuar:

1. “Mejor en pequeñas localidades que en grandes ciudades”.

Por razones obvias, y una vez más buscando el mejor precio, los geriátricos de pueblo y poblaciones locales suelen ser centros más pequeños y accesibles, lejos de las modernidades y lujos de las residencias de grandes poblaciones.

1. Tener en cuenta si la habitación puede ser individual o no.

La norma general dice que la mayoría de habitaciones para el paciente son dobles, aunque en caso de querer acceder a una de pequeña habitualmente se posibilita, siempre pagando más. Por tanto, si no contamos con recursos monetarios abundantes, avisaremos al paciente de que su habitación tendrá que ser compartida.

1. Informarse sobre la posibilidad de llevar animales de compañía.

Muchas personas de edad tienen en su perro o gato a un buen compañero que pueden desear llevarse a la residencia. En la mayoría de casos esto no se permite.

1. Asegurarse de que el geriátrico disponga de un seguro de Responsabilidad Civil.

Por cualquier cosa que pudiese pasar (como conflictos con el personal sanitario, problemas con las instalaciones, quejas ante hurtos, etc.), la residencia debe por ley disponer del seguro correspondiente de Responsabilidad Civil, así como de hojas de reclamaciones a disposición del anciano.

1. No dejar de lado el estado físico del paciente.

Otro factor importante a considerar es el estado físico del anciano. Dependiendo de si puede valerse por sí mismo o no, puede necesitar de cuidados o aparatos varios (sillas de ruedas, asistencia para realizar los actos más vitales, etc.) que casi siempre el centro proporciona. No obstante, en algunos geriátricos pueden encontrarse problemas con enfermos que precisen de silla de ruedas, así que será un aspecto a consultar.

Fuente http://blogdefarmacia.com

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