El Alzheimer no solo lo maneja el neurólogo.
También lo ve y lo sigue el geriatra, que en definitiva es el médico de cabecera de la persona de edad avanzada. Hoy no se puede curar una demencia tipo Alzheimer y no hay en perspectiva ningún tratamiento curativo, pero si que se pueden mejorar otros aspectos. Por ejemplo, la administración del fármaco y el cumplimiento del tratamiento.
Finalizado un Congreso de Geriatría en Bilbao basado en la innovación de aspectos vinculados con el envejecimiento y la calidad de vida en edad avanzada, se han podido extraer ciertas conclusiones respecto al avance de terapias para el envejecimiento.
Respecto al Alzheimer no se avanza lo rápido que se desea en cuanto a tratamientos médicos, pero sí que se ha mejorado el tratamiento sintomático, ya que hay nuevos modelos terapéuticos como los parches para administrar fármacos como rivastigmina.
Ello facilita la administración de fármacos, la dosificación y el cumplimiento terapéutico, y no sólo al paciente sino al cuidador que lo tiene a su cargo, ya que es fácil de administrar y de controlar, reduciendo los efectos secundarios y una mejor tolerancia, comenta el Doctor Pedro Gil, geriatra del Hospital Clínico San Carlos y Presidente de la Sociedad Española de Geriatría.
Todos estos fármacos tienen efectos secundarios, y si se lo administra el propio paciente es habitual que haya algún olvido y no se tomen la medicación, por lo que mediante los parches es más fácil hacer el seguimiento, ya que se pone un solo parche al día y debe cambiarse la zona donde se pone cada día, principalmente en la espalda.
Con los comprimidos o las soluciones hay algún problema para su cumplimiento ya que hay pacientes que por la evolución natural de la enfermedad tiene problemas para deglutir, e incluso cuando tienen trastornos de conducta y escupen las pastillas.
Las personas deben empezar a pensar en ciertas ayudas geriátricas a partir de los 70 ó 75 años, ya que aunque habrá pacientes jóvenes con esta enfermedad y otras paralelas, también es verdad que muchos pacientes de 80 años pueden presentar un cuadro médico muy saludable para su edad.
El objetivo final del geriatra es conseguir que la persona de edad avanzada viva de forma autónoma, que no sea dependiente, y por tanto tenga una buena función física, una buena función psíquica y una buena función social, es decir que esté bien físicamente, que intelectualmente funcione y que esté bien integrado en la sociedad tanto a nivel social como económico.
Los pacientes de geriatría son complicados, ya que el cuidado de la población anciana tiene muchos inconvenientes y lo importante es hacer campañas para prevenir y retrasar la vejez.
Fuente vivirmejor.es
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