Sexualidad tras la menopausia

sábado, 27 de noviembre de 2010 · Posted in ,



¿Qué clase de mujer madura quiero ser? ¿Cómo puedo vivir mi sexualidad tras la menopausia?. ¿Seguiré resultando atractiva para mi pareja?. Son interrogantes que muchas mujeres se plantean y cuya respuesta está condicionada por aspectos sociales y culturales.

Sin embargo, el 60% de las mujeres entre 52 y 65 años tienen una vida sexual activa y este porcentaje aumentaría de no mediar mitos y prejuicios, abriéndose al mismo tiempo espacios para el asesoramiento y prevención de la pareja que atraviesa esta etapa de la vida.

Envejecer en una sociedad que alaba obsesivamente la belleza y la juventud puede convertirse en una difícil tarea.

La mujer de más de 50 años se encuentra en un especial período de su existencia, en una crisis de vida en la cual es muy susceptible de ser influenciada por el medio social que la rodea. La familia, las pautas religiosas y los mitos, influyen de manera negativa para poder realizarse sexualmente y continuar con una actividad placentera que hasta hace poco disfrutaba de forma natural.
Pesimismo

Ese entorno social la llena de desaprobación, censura, vergüenza de su cuerpo y su sensibilidad, llevándola a un gran conflicto en el que se le hace sentir que la vejez es asexuada y que ya no es lícito ni aceptable el gozar de la sexualidad, que el amor y el romance son derechos sólo de los jóvenes.

Además, una mujer tras la menopausia puede pensar que su sexualidad se va a ver definitivamente afectada por causas médicas, pero es muy importante sensibilizarse en que el placer es una actitud que proporciona intimidad, libertad, comunicación en pareja y consigo misma. Por todo ello aceptar que la sexualidad sigue presente es poder mantener la capacidad de expresión física y emocional. La menopausia, por tanto, no implica el cese de ninguna actividad (excepto la reproductiva), aunque existen cambios que modifican la respuesta sexual, pero que en ningún caso afectan la expresión de todos los sentidos, que siguen ahí para proporcionar placer.

Es cierto que se producen cambios que pueden afectar al deseo, la excitación o el placer sexual. Es una época de modificaciones hormonales que condicionan cambios sexuales, como la sequedad vaginal o la disminución del deseo. Pero también es cierto que en algunos casos la solución puede ser tan sencilla como un lubricante vaginal. El envejecimiento no es por sí mismo un factor que origine la disminución de interés sexual de la mujer, ni su capacidad de respuesta sexual. La mujer tras la menopausia puede mantener, generalmente, sus patrones de conducta sexual anteriores.
Cambios fisiológicos

No obstante, el ciclo de la respuesta sexual de la mujer post menopáusica lleva consigo una serie de cambios fisiológicos y anatómicos a nivel del aparato genital y de todo el organismo. Estos cambios van apareciendo de forma progresiva y no son los mismos en todos los casos.

Ya hemos comentado que tras la menopausia hay una disminución severa de la producción de estrógenos y progestágenos, que son los causantes de los cambios que se producen en el aparato genital femenino. Los más frecuentes son que los ovarios disminuyen progresivamente de tamaño, el útero regresa a su tamaño prepuberal, la vagina se hace más corta y menos elástica y su pared más delgada. Como hemos dicho anteriormente, también disminuye la capacidad de lubricación, lo que hace que el coito pueda resultar doloroso.

Aunque la capacidad para tener un orgasmo no declina con el paso del tiempo, muchas mujeres de más de 55-60 años notan que sus orgasmos son menos intensos que cuando tenían menos edad. También al atrofiarse los ovarios disminuye la producción de andrógenos, que están relacionados con el interés y el deseo sexual. Otro cambio frecuente es el aumento de la sensibilidad del clítoris que produce un efecto incomodo al ser estimulado.

Es frecuente que también las pautas de conducta sexual cambien para la mayoría de la gente a medida que se envejece y, aunque alguna pareja mantiene la misma frecuencia sexual que tenía en la década de los treinta o cuarenta, lo más habitual es que disminuya el número de encuentros. Pero si en algo insistimos los profesionales, es que el sexo no es cuestión de cantidad sino de calidad, por lo que este habitual descenso de la frecuencia sexual no es sinónimo de deterioro en la relación.

Pese a estos posibles cambios, para muchas mujeres postmenopaúsicas esta etapa de su vida sexual es también un momento de reencuentro con su sexualidad y de experimentación de otras formas de vivir el sexo, además del coito. El erotismo, la masturbación y las caricias adquieren para muchas mujeres un nuevo significado.
Historia personal

Para finalizar, me parece oportuno incorporar otro dato importante: muchas de las mujeres que han tenido conflictos con la sexualidad en etapas anteriores, o con sus vínculos psicoafectivos, serán las que presenten algunos de los síntomas y problemas mencionados. Estamos hablando de la historia personal, de la educación recibida y de la relación que cada mujer tenga con su propia sexualidad. En estos casos puede resultar aconsejable un apoyo psicológico capaz de reestablecer un equilibrio saludable. En cambio aquellas mujeres que han vivido sin conflictos su sexualidad, con naturalidad , que se sienten plenas, sin traumas ni perturbaciones, atraviesan esta etapa del desarrollo con una capacidad de adaptación que les va a permitir seguir disfrutando de la misma.

Juegan también en ese sentido las propias ideas y prejuicios de la mujer hacia la menopausia. Quizá uno de los elementos a tener en cuenta es que muchas veces los cambios físicos y psíquicos que se producen son mal comprendidos y mitificados. Todos sabemos que lo desconocido produce ansiedad, por lo que no es extraño que algunas mujeres sientan que lo peor de la menopausia es que no saben qué esperar ni a quién recurrir en busca de ayuda. Pero son las mujeres las que van cambiando paulatinamente los conceptos. Ya no sólo son madres, también trabajan y participan a todos los niveles sociales y esto les permite también cuidarse y valorarse de manera que se minimicen las molestias propias del cambio hormonal. Un consejo, acudir a la consulta de un profesional especializado puede servir para conocer y adaptarse mejor a esta segunda mitad de la vida.

Dr. Carlos San Martín Blanco
Médico. Sexólogo. Psicoterapeuta Sexual, Familiar y de Pareja. Secretario General de la Federación Española de Sociedades de Sexología (FESS)

Fuente pfizer.es

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