Las úlceras por presión (llagas) se producen por una presión constante que daña la piel y los tejidos que hay por debajo.
Pueden ser leves, cuando, simplemente, se enrojece un poco la piel o pueden ser mucho más severas, cuando se van profundizando y pueden llegar hasta el músculo o el hueso.
La presión constante en la piel provoca la compresión de pequeños vasos sanguíneos, que son los que proveen a la piel de oxígeno y nutrientes. Cuando la piel no recibe estas sustancias se produce la muerte de los tejidos.
Cualquier persona que debe permanecer largo tiempo encamada puede padecer las úlceras por presión.
Otra de las causas que ayuda a la aparición de estas úlceras y a su difícil curación, es la frecuente carencia de proteínas que normalmente existe en la alimentación de las personas mayores, ya que principalmente por falta de apetito o dificultad en la masticación, no suelen comer excesiva carne, huevos o pescado, alimentos ricos en proteínas.
Por eso la mejor medida es prevenir las úlceras por presión.
Los lugares mas frecuentes donde se presentan úlceras por presión son las prominencias oseas como son los codos, talones, caderas, tobillos, hombros, espalda y parte posterior de la cabeza.
Fuente pfizer.es
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